Queridos lectores, cuántas veces hemos escuchado hablar de la “Ciudad Luz”, pero, ¿en realidad sabemos de dónde viene este sobrenombre a París?

Pues resulta ser, que en octubre de 1662, Luis XIV creó en París, el Centro de Portadores de Teas y Faroles: una red de empleados que se situaron con lámparas de aceite y antorchas en los puntos neurálgicos de la ciudad y que debían acompañar hasta sus casas a las personas que trasnocharan. La medida resultó un éxito y pronto se estableció una tarifa de tres soles, por 15 minutos de trayecto a pie; por cinco soles, se les podía contratar para que subieran a un carruaje.

Esto cambió la vida de París a tal grado que, en 1667, Luis XIV ordenó que se ideara un sistema de iluminación fija. Pronto 2,736 faroles de vidrio colgaban de las fachadas de las casas, a razón de dos por calle, o tres si se trataba de largas avenidas, y aunque esto acarreó algunas molestias de los vecinos, pues debían turnarse para encender, apagar y limpiar las lámparas a diario, pronto se vieron beneficiados porque disminuyeron notablemente los robos y con ello, el miedo a salir por las noches. Pese a las limitaciones técnicas, esto causó conmoción en el resto de Europa y desde entonces París recibió el sobrenombre de la “Ciudad Luz”.  (Tomado de la revista Algarabía)

Por otro lado, muchas cosas que pensamos fueron creadas, o nacieron en París, no lo son, tomemos como ejemplo el champagne, éste se registró por primera vez en Inglaterra en 1662. En el siglo XVI los ingleses desarrollaron el gusto por el vino que se producía en la región de Champagne, al que añadían azúcar y melaza para que fermentara y se volverá espumoso, y también crearon la botella de cristal grueso el tapón de corcho.

Otro ejemplo es el perfume, éste es un producto de una mezcla de aceites esenciales aromáticos, alcohol y un fijador, que es utilizado para proporcionar un rico y duradero aroma a diferentes cosas pero, principalmente se destina al cuerpo humano. La elaboración de los diferentes perfumes tiene sus inicios en Egipto, y fue llevado a cabo por los árabes y por los romanos. Desde España se logró reintroducir en Europa durante la época del Renacimiento.

Asimismo, en Francia se encargaron de cultivar flores para elaborar los perfumes, siendo el más importante en este rubro, haciéndose conocida desde entonces, como el centro europeo de diseño y comercio en perfumería.


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También podemos hablar de la famosa La Salsa Café de París, que es una mezcla elaborada con diferentes especias, licores y hierbas aromáticas, con un total de veinticuatro ingredientes, todas ellas mezcladas con mantequilla semi-fundida. Suele emplearse en la presentación final de carnes elaboradas de diferentes formas, asadas, a la parrilla, etc. Siempre que se aplica a un plato aparece su nombre reflejado, por ejemplo: Entrecôte Café de Paris, filete Café de Paris etc. La salsa, al contrario de lo que cabe pensar, no es de origen francés, sino suizo y lleva el nombre de un restaurante de Ginebra (famoso por servir sólo filetes en la famosa salsa, ensalada, patatas fritas y vino) y que aún existe en la actualidad.

La salsa comienza su historia en los años 1930s cuando la propietaria del Restaurante \”Coq d\’Or\” en Ginebra (Suiza) Madame Boubier y su hija inventan la salsa y la incluyen en las carnes que sirven en el local, la hija se casa posteriormente con el propietario del local \”Café de París\” (número 26 de la rue du Mont Blanc) denominado Freddy Dumont en el año 1941 y éste adquiere el conocimiento de la elaboración de la salsa con los 24 ingredientes.

En fin se dirán muchas cosas de Francia, específicamente de París, pero que es glamurosa, romántica y llena de luz, sin duda. Espero sus comentarios a mi correo electrónico [email protected]