Mas allá de funcionar y ser la contribución masculina a la reproducción, el esperma humano posee otras utilidades, según un artículo publicado por Pijama Surf.

Ingrediente de cocina

De acuerdo con el libro Natural Harvest, de Paul Photenhauer, “el semen no es solo nutritivo, sino que también tiene una textura maravillosa y propiedades culinarias sorprendentes. Como los quesos y los vinos finos, el sabor del semen es complejo y dinámico”. A pesar de estas cualidades positivas, el semen todavía no se considera un alimento.

Suavizante de piel

El semen contiene un antioxidante llamado “espermina” que disminuye las arrugas, suaviza la piel e incluso auxilia contra el acné. Esta propiedad es tan real que una empresa noruega de nombre Bioforskning ha sintentizado el componente y lo comercializa como crema facial, con un costo que ronda los 250 dólares.

Pigmento


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Martin Von Ostrowski, artista alemán, ha utilizado fluidos corporales en sus obras, particularmente pinturas, entre las que destaca un retrato de Hitler hecho con su propio excremento. En 2008, Von Ostrowski presentó en el Museo Gay de Berlín pinturas hechas con su propio semen, para las cuales eyaculó en mil ocasiones (un promedio de 40 por cada pieza). Para poder utilizar cada descarga, el artista tuvo que congelar el producto de sus eyecciones.

Tinta invisible

En la Primera Guerra Mundial, la inteligencia británica (el célebre MI6) descubrió que el semen podía funcionar como tinta invisible, una propiedad sumamente efectiva para un servicio secreto de inteligencia como este. Curiosamente, uno de los encargados de investigar esta característica fue el capitán Mansfield Cumming (su apellido tampoco es broma), quien además de esto encontró que el fluido soportaba bien los métodos más usuales de la época para detectar este tipo de mensajes (por ejemplo, el vapor de yodo). Y aunque este conocimiento se puso en práctica, en más de una ocasión fue sospechoso que la necesidad de utilizar tintura “fresca” conllevara también un olor que fácilmente podrían detectar otras personas.

Control de la ovulación

Una investigación realizada en la University de Saskatchewan sugiere que una proteína en el semen incide directamente en las zonas del cerebro femenino que regulan la ovulación y, paralelamente, en el mantenimiento y supervivencia de las células nerviosas. Ambos efectos hacen que el semen funcione como una señal en el hipotálamo y la glándula pituitaria que anuncia cuándo los ovarios deben soltar un óvulo.