Mientras en países de primer mundo, la cultura de la donación de órganos es una práctica cotidiana, en México prevalece una nula conciencia sobre las bondades que ofrece la cesión de tejidos.
Roberto Salinas González, médico nefrólogo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Puebla, lamenta que no exista cultura de donación en el país y que, incluso, sea vista como un tabú.
Resalta que muchos pacientes no tienen un donador, están en lista de espera “y a lo mejor, (los donadores) nunca llegan y (los enfermos) se mueren antes…”.
–Cuántos pacientes llegan a morir antes de recibir un órgano?
-“La cifra es impresionante, podría llegar entre 5 y 8 de cada 10 aproximadamente, cifra que revela la gravedad del problema”.
Considera que es necesario que la gente adopte una cultura de donación.
Que la cultura no nos llegue cuando tengamos el problema a nivel familiar; porque a veces la cultura nos llega a la fuerza, tenemos que adoptar esa conciencia antes de que suceda”.
El especialista también destaca el tema de orden religioso; ya que estos tabús derivados de creencias, frenan literalmente la práctica de este tipo de cirugías.
Comenta que frases como “No vas a poder a entrar al cielo así, tienes que llegar completo”, son comunes. Si va donar las córneas. “No vas a ver a Dios”.
Relata que son muchas creencias que no tienen sustento científico ni nada que se les asemeje y que acaba con la mínima cultura de donación que existe en México.
Recuerda que España continúa como el país número 1 en la cultura de donación de órganos y tejidos, mientras –insiste–es nula en México.
Expone que la diferencia se nota, incluso, en relación con otros países de América Latina, como Cuba, Argentina, Brasil, Chile y Colombia, a pesar de que las instituciones de salud, como el IMSS, tienen muchos años promoviendo este tipo de cirugías de tercer nivel.
Finalmente nos vamos a morir y vamos a estar dos metros bajo tierra y nuestro cuerpo se lo van a comer los gusanos y no le va a servir a nadie”.
Lamenta que los números sean elevados en cuento a decesos por esa causa, pero peor aún que no se haga nada, “simple y sencillamente porque no hay donación”.
Y más aún, si hubiera donación, será necesario contar con recursos para poder trasplantarlos.
No nos dan recursos porque existen pocos trasplantes; pero si lo hubiera, no alcanzaría”, considera el también coordinador del Programa de Trasplantes del Hospital Regional 36 del IMSS.
En ese contexto, menciona que un paciente adulto tiene un promedio de sobrevida de entre 5 y 8 años cuando hace uso de la diálisis y hemodiálisis, mientras que en los infantes va de 3 a 8 años; por lo que, opina, en los niños, esta enfermedad es catastrófica.
En cambio, declara que el promedio de sobre vida con el trasplante renal, supera los 10 años, incluso, otros tantos que van más allá de los 20 o 30 años.