El Papa Francisco recibió hoy durante una audiencia privada, “serena y afectuosa”, a Meriam Yahia Ibrahim Ishag, la mujer sudanesa condenada a muerte en Sudán tras haberse convertido al cristianismo.

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El encuentro, que tuvo lugar en uno de los salones de la residencia papal Casa Santa Marta, comenzó a las 13:00 hora local (11:00 GMT) y se extendió por unos 30 minutos.

Ella estaba acompañada por su marido Daniel Wani y por dos bebés, Marin de un año y medio, y Maya, nacida en la cárcel dos meses atrás.

También participó en la reunión el viceministro de Exteriores de Italia, Lapo Pistelli, quien viajó la víspera a Sudán para completar la tratativa y acompañar a Meriam con su familia en Italia, donde se preparan para mudarse a Estados Unidos.

El Papa agradeció a Meriam y a su familia por el valiente testimonio de constancia en la fe. Meriam agradeció por el gran apoyo y confort recibido por la oración del Papa y de tantas personas creyentes y de buena voluntad”, indicó el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi.

El secretario particular del Papa, Yohannis Gaid, desarrolló servicio de intérprete y al final el líder católico saludó también al personal diplomático italiano que acompaña a la familia de Meriam.


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Con este gesto el Papa quiso manifestar su cercanía, atención y oración también por todos aquellos que sufren por su fe y en particular por los cristianos que sufren persecuciones o limitaciones impuestas a la libertad religiosa”, agregó el vocero.

Tras meses de una intensa batalla judicial, que incluyó movilización internacional, se logró la liberación de Meriam, quien había sido sentenciada a la horca el 15 de mayo pasado por una supuesta conversión al cristianismo.

Ella rechazó las imputaciones al asegurar que nunca profesó la religión musulmana porque fue educada por su madre, ya que su padre la abandonó cuando era pequeña.

No obstante, al ella negarse a dejar su credo cristiano, un tribunal la halló culpable del delito de apostasía, que en Sudán –donde rige la ley islámica “sharia” desde 1983- es penado con la muerte.