Nota del Editor: El siguiente artículo fue escrito por la chef María de Lourdes Landero Moreno, licenciada en gastronomía y estudiante de maestría en Administración de Instituciones Educativas en IEU Online.
Actualmente es chef Instructor de la Licenciatura en Gastronomía de la Universidad IEU Campus Puebla.

comidaDe acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), diariamente mueren 71 mexicanos a causa del desarrollo crónico e irreversible de enfermedades hepáticas.

En Puebla, este tipo de padecimientos se colocan como la cuarta causa de muerte entre los ciudadanos.

En ese sentido y para que las personas conozcan cuál es la función que tiene el hígado en nuestro organismo, médicos de la Universidad Autónoma Metropolitana explican que éste órgano es considerado “la fábrica química del cuerpo humano”, debido a la acción biotransformadora que ejecuta frente a la innumerable cantidad de sustancias tóxicas que ingerimos a través de los alimentos.

Desafortunadamente, las enfermedades hepáticas se traducen en el deterioro silencioso del hígado y esta situación nos obliga a hacer una pausa para analizar las siguientes interrogantes: ¿qué estamos comiendo? y ¿cómo se están preparando los alimentos que consumimos todos los días?

Sin duda, la prevención en el desarrollo de enfermedades hepáticas derivadas de nuestros hábitos alimenticios, es la mejor alternativa que tenemos para mejorar nuestra calidad de vida y sobre todo, también fomentamos la conciencia de aquellos que dependen de las decisiones que diariamente tomamos en la selección y preparación de platillos en la dieta alimenticia.

Por ello, a través de la práctica de la cocina nutricional, que es una de las ramas dentro de las especialidades gastronómicas, podemos evitar los padecimientos hepáticos.


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En el caso particular de los cocineros o chefs, aprenden a analizar la procedencia de la materia prima o insumos y la calidad que va a conservar la misma al momento de procesarla a través de diversas técnicas culinarias.

Asimismo, desarrollan sus propios procesos de conservación sin aditivos, contribuyendo así en la disminución de la ingesta de sustancias tóxicas artificiales, a diferencia de los diversos alimentos procesados que se compran en los centros comerciales, los cuales contienen conservadores químicos, altos en sodio, colorantes y mejorantes de sabor.

Por otro lado, las amas de casa tienen la alternativa de comprar frutas y verduras frescas de producción local y de temporada, los cuales no contienen pesticidas.

Otro factor determinante y fundamental es la higiene en la manipulación de alimentos, con lo que evitamos el exceso de químicos alimenticios o presencia de virus y bacterias que afecten al hígado, previniendo así el consumo de fármacos que alteren el metabolismo del hígado.

Por ello, la práctica de la cocina nutricional, respetar los horarios de comida, así como no dejar pasar las recomendaciones antes mencionadas, podremos evitar el sobreesfuerzo del hígado al procesar los alimentos que consumimos, ya que un funcionamiento sobrecargado, puede provocarnos un diagnóstico de hígado graso, que puede desencadenar en una cirrosis hepática.