El verdadero presidente estatal del PRI, Adolfo Karam Beltrán, debería poner a la práctica un muy útil refrán bíblico, que señala que no se debe “ver la paja en el ojo, sin antes observar la viga en el propio“, porque cuando no se hace, se termina por escupir al cielo, como ocurrió este domingo, cuando Ana Isabel Allende Cano se pronunció contra “gobiernos autoritarios que persiguen beneficios de grupo y personajes”.
Es probable que Allende Cano no haya querido denostar o aludir a la administración federal de Enrique Peña Nieto, pero lo hizo y muy a fondo, ya que el gobierno de la República enfrenta su más severa crisis de credibilidad y confianza ciudadana en apenas 2 años de gestión y el Presidente –en complicidad con el jefe del gobierno del DF, el supuesto perredista Miguel Mancera– ha enfrentado…con represión.
Veamos: En su perorata sin sentido, la encargada de despacho impuesta por Mario Marín y Adolfo Karam en el PRI de Puebla se olvidó de que desde el 1er de su fallida gestión, Enrique Peña Nieto recurrió a la represión, al autoritarismo, como lo demostró el hecho de que ordenó utilizar balas de goma contra quienes se manifestaron contra su Toma de Posesión el 1ro de diciembre del 2012.
Peña Nieto responde a las manifestaciones sociales de inconformidad… Con autoritarismo
Por si fuera poco, hace apenas 2 días, Peña Nieto amenazó que respondería a las manifestaciones sociales de inconformidad contra su fracasado gobierno… con autoritarismo y represión.
Es claro que Ana Isabel Allende no lee medios nacionales, locales y tampoco sigue las redes sociales, que dan cuenta del estrepitoso y escandaloso derrumbe del gobierno federal, sumido en escándalos de represión, ineficiencia y complicidad en el caso Ayotzinapa, crisis económica y corrupción, ya que el asunto de la “Casa Blanca” de Angélica Rivera y Enrique Peña Nieto exhibió no solamente el enriquecimiento explicable de la “nueva pareja presidencial”, sino también su incapacidad de enfrentar con coherencia y habilidad política sus propios fantasmas.
Además, la también diputada federal se olvida de la severa crisis interna que enfrenta el PRI a nivel nacional, como lo evidenció el propio Peña Nieto el pasado 19 de noviembre, cuando dijo que su administración no tiene la culpa de lo que pasa en el país, sino que “malosos” quieren “atentar contra el país y afectar su proyecto de gobierno”.
Hoy, en el mismo tricolor se sabe que el presidente no se refería a nadie del PAN o PRD (que es más peñista que todos los priístas juntos), sino al “pelón”, al “innombrable”, a Carlos Salinas de Gortari, quien -al parecer- anda tiroteando al gobierno de la república, después de que perdió derecho de picaporte en Los Pinos y de que fueron echados de la administración federal casi todos sus alfiles.
Así que la supuesta presidenta del PRI debería, al menos, tratar de asumir su presunto rol de “representante popular” y exigirle a la administración peñista y a su mismo partido que aclaren qué pasa al interior de Los Pinos y de lo que fuera el “partidazo”.
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