“Grandes sorpresas aún nos depara
el desarrollo de los potenciales
de nuestra mente”.
Abel Pérez Rojas

Desarrollar las potencialidades de la mente y sanar sus enfermedades, se ha convertido  desde hace un tiempo en un campo fructífero para la investigación e inclusive ha derivado en toda una industria que va desde lo más serio e innovador, hasta el extremo contrario que es la charlatanería.

En ese ámbito de la seriedad, investigación y aplicación científica, opera un grupo de investigadores mexicanos radicados en la ciudad de Puebla.

Este grupo que encabezan Fabián Galindo Ramírez, Irasema Ortega, Gonzalo Tlalpa y Amilcar Chan, se ha dado a la tarea de explorar y profundizar en lo que se ha denominado neuroestimulación transcraneal no invasiva.

La neuroestimulación consiste en suministrar ligera corriente eléctrica a través del cuero cabelludo para estimular o inhibir las sinapsis en redes neuronales, a fin de modular la actividad eléctrica del cerebro.

Esto sirve para poder desarrollar nuevos potenciales del pensamiento y atender ciertas enfermedades.

Aunque formalmente el grupo lleva trabajando sólo algunos meses, la experiencia de cada uno de los integrantes se remonta a varios años en los campos de la neurofisiología, neuropsicología, ingeniería de software y en la medicina física y mental.


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En una breve charla que sostuve con Amilcar Chan, médico cirujano y director del Centro de Neuroestimulación Aplicada (CENEA), me entero que la neuroestimulación no invasiva se viene investigando y aplicando desde hace varios años en la Universidad de Harvard, donde se realizan los estudios más avanzados al respecto, cuyos aportes son replicados en otros lugares.

Dice Amilcar que las investigaciones en neuroestimulación aplicada han derivado en dos vertientes: la militar –por medio del proyecto DARPA (Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa)- y el deportivo, principalmente en el entrenamiento de atletas de alto rendimiento.

Como estas dos vertientes están muy alejadas de la realidad del ciudadano común, quienes integraron el CENEA se dieron a la tarea de canalizar al uso terapéutico los resultados de sus investigaciones, como lo hacen otros grupos de especialistas alrededor del mundo,

Traer este conocimiento a la aplicación médica cercana a las personas ha implicado ciertas dificultades como la conformación de grupos multidisciplinarios, el desarrollo de software especializado, el uso de tecnología de vanguardia, entre otros.

Dice Amilcar: vale la pena el esfuerzo cuando se pueden ver cambios favorables con la neuroestimulación combinada con neurofeedback en enfermedades y trastornos, tales como déficit de atención, depresión, autismo, migraña, entre otros.

Aunado a ese tipo de tratamientos, se han iniciado líneas de investigación con instituciones de salud las cuales podrán arrojar en un futuro, pautas para la mejor comprensión del funcionamiento cerebral.

Pero no todo se circunscribe a la parte de padecimientos, pues según Amilcar, la neuroestimulación aplicada es una excelente vía para potenciar las capacidades mentales y una herramienta tecnológica para el estudio del cerebro.

Aún falta mucho por investigar y aterrizar en torno a la neuroestimulación aplicada, pero es una noticia esperanzadora que en Puebla ya se esté desarrollando un esfuerzo organizado en torno a un asunto totalmente del presente, pero con enorme carga de futuro. ¿Qué le parece?

Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es doctor en Educación Permanente. Dirige: Sabersinfin.com.

POB/IIAL