Kate McCombs, maestra en salud pública por la Universidad de Melbourne y experta en educación sexual, publicó un artículo sobre el uso de juguetes sexuales en el portal Volonté. McCombs explica que los juguetes pueden ser un vehículo para aumentar el placer y mejorar la comunicación en la pareja.

Ahí está la cuestión: Los juguetes sexuales son vistos como utensilios pensados para la soledad, cuando pueden revolucionar las relaciones y no nada más funcionar para “la tía soltera que cuida a sus gatos”. La especialista habla sobre los mitos y sobre cómo empezar a explorar el mundo de los juguetes sexuales.

Mitos

* Los hombres se sienten nerviosos o amenazados por la presencia de un juguete sexual: Los hombres, la mayoría de las veces, están abiertos a jugar en la cama y a intentar cosas nuevas. Además, los juguetes también pueden satisfacerlos. Un vibrador de clítoris en el frenillo del pene posiblemente sea una experiencia placentera.

* Alcanzar el orgasmo con la ayuda de un juguete no es válido: Lo importante en un encuentro sexual es que los involucrados disfruten la relación y sientan placer. El juguete es solamente una herramienta para cumplir con ese propósito. La lógica aplica para una persona que quiere preparar limonada y recurre a un exprimidor.

* Comprar un juguete sexual es vergonzoso: Las tiendas locales cuentan, frecuentemente, con personal preparado para dar consejos y sugerir opciones de compra. Por otro lado, las tiendas en línea suelen enviar sus productos en paquetes discretos.

 


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Cómo incluir un juguete sexual en la dinámica de cama

* Jamás sorprender a la pareja con un juguete: McCombs recomienda involucrar a la otra persona en el proceso. No hay que forzar al compañero sexual a interactuar con una herramienta cuando la desnudez está de por medio y la situación es inevitable.

 

* Crear expectativas sobre el juguete: Esto hará que, en el momento de utilizarlo, exista un mayor nivel de excitación.

POB/PSPL