El pasado miércoles 24 de agosto, la agencia Reuters publicó la historia de un hombre que construyó su propia aeronave para trasladarse al trabajo. Frantisek Hadrava, un cerrajero de 45 años, labora en una fábrica dedicada a los productos para la industria forestal.

Hadrava vive en Zdíkov, un pueblo en el suroeste de la República Checa, a 142 kilómetros de Praga. Así, el emprendedor solía tomar el coche para ir a su trabajo, trayecto que le tomaba entre 12 y 14 minutos. Decidió encontrar un medio más eficiente de transporte y dedicó dos años a la construcción de “Vampira”, su avioneta.

“Vampira” ha logrado reducir el tiempo de traslado a la mitad. Por aire, Frantisek Hadrava llega a la fábrica en siete minutos, siempre y cuando las condiciones climáticas sean favorables. El checo ha comentado que se ve impedido para realizar un vuelo directo.

Primero pasa por una cadena montañosa y después aterriza en un prado muy cerca de su trabajo. Desde ahí empuja su aeronave y la detiene en el estacionamiento de la empresa, donde ocupa alrededor de 4 cajones.

Este es el resultado final, pero el proceso no fue sencillo. Hadrava adquirió un viejo Mini-MAX —avión estadounidense pensado para el asemblaje en casa— y lo reconstruyó con la ayuda de piezas que fue encontrando.

Ahora, tras dos años de esfuerzos, “Vampira” alcanza una velocidad de 146 kilómetros por hora. Tiene un motor de tres cilindros y gasta unos seis litros de combustible por cada hora de vuelo. Esto hace que, de acuerdo con Hadrava, viajar a bordo de la avioneta sea más económico que utilizar el automóvil.


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En total, el costo de “Vampira” fue de 3700 euros —poco más de 76 mil pesos—. Si se hacen los cálculos sobre cuánta gasolina consume un auto tipo Sedan en un año, se obtiene lo siguiente: 1277.5 litros por año a un precio de 13.98 pesos el litro de Magna, el coche implica un gasto de 17 mil 859 pesos. La inversión en una aeronave como “Vampira” se recupera luego de cuatro años.

POB/PSPL