Templo de la Compañía, la joya jesuita de Puebla

“La Compañía”, fue creada por la orden jesuita bajo la advocación al Espíritu Santo.

A un lado del edificio Carolino se encuentra una de las edificaciones más emblemáticas de la ciudad de Puebla: el Templo del Espíritu Santo.

Mejor conocido como “La Compañía”, fue creado por la orden jesuita bajo la advocación al Espíritu Santo. Tras la llegada de la orden jesuita a Puebla, en 1572, varios obispos pidieron a los padres la construcción de colegios y templos.

Para construir el nuevo templo, los jesuitas recibieron una donación importante del capitán Melchor de Covarrubias y por ello recibió el título de fundador del Templo y del Colegio del Espíritu Santo. A la muerte de su benefactor, en mayo de 1592, los jesuitas heredaron sus bienes.

Fue así que en el año 1583 los jesuitas iniciaron la edificación de su templo que concluyó 17 años más tarde. En 1666, Pedro Valencia, rector del Colegio contrató a Diego Marín, maestro decorador y arquitecto para quedecorara la fachada y bóvedas con yesería al estilo manierista.

Sin embargo, la obra de Diego Marín no subsistió y fue sustituida por los trabajos del arquitecto José Miguel de Santa María, considerado maestro de la arquitectura barroca poblana. Su decoración fue concluida en 1767 y el templo fue bendecido por el obispo Francisco Fabian y Fuero.

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Foto: Agencia Enfoque

Su arquitectura

A inicios del siglo XIX, el obispo Manuel González del Campillo ordenó que fueran concluidas las torres. El retablo del templo fue diseñado por el arquitecto Luis G. Olvera en 1927.


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En cuanto a sus características arquitectónicas y ornamentales, el Templo del Espíritu Santo se compone de tres naves y un pórtico. Sobre las puertas se lee la inscripción MAR (María) IHS (Jesús) y Josep (José). En la fachada está el escudo de la Compañía del Santísimo nombre de Jesús.

En el interior, la sacristía está decorada por lienzos pintados al óleo por José Rodríguez Carnero y hay estatuas de los santos jesuitas: San Ignacio de Loyola, San Luis Gonzaga, San Juan Berchmans y San Francisco Javier.

La tumba de Catarina de San Juan

Los restos de Catarina de San Juan posan entre la sacristía y el altar de la Compañía. Catarina era una mujer de origen hindú de nombre Mirra, mejor conocida como la China Poblana.

Desde su llegada a Puebla, Catarina estuvo muy relacionada con la orden jesuita e incluso algunos le atribuían poderes místicos y que sostenía conversaciones con la Virgen María y los ángeles.

Cuando Catarina de San Juan murió, sus restos fueron depositados con honores en el Templo de la Compañía. Los habitantes de la ciudad de Puebla la empezaron a creer Santa, e incluso se repartieron muchos retratos de ella vestida como Beata. En 1691, la Santa Inquisición prohibió las falsas devociones y entre ellas la de Catarina de San Juan.

 

 

POB/LFJ