Voceadores poblanos: somos el último eslabón de los periódicos

Todos los días, desde las 4:30 de la mañana, los voceadores se reúnen en el portal Morelos para recibir y empacar los periódicos.

Desde muy temprano, antes de que amanezca, en la zona del portal Morelos se comienzan a reunir los voceadores.

El término “voceador” tiene su origen en las personas que, para vender el periódico, solían leer los encabezados noticiosos en voz alta para llamar la atención de los transeúntes y así lograr su venta.

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Ellos son quienes reciben los periódicos que salen de las imprentas y que se venden en puestos o kioscos durante el día.

Los primeros voceadores llegan al portal Morelos a las 4:30 de la mañana; ahí reciben los periódicos que son de los diarios locales de mayor tiraje. Una vez con el producto, comienzan a empalmar y empacar para salir a vender.

Los voceadores platican que hace 100 años se creó una organización que protege a quienes se dedican a este oficio. Era la época del auge de los periódicos impresos y que con el tiempo han ido desapareciendo, no así la organización, que ha sobrevivido.


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Ellos han visto cómo el reparto de periódicos se ha disminuido debido a los avances tecnológicos que han tenido en el sector y con la que se han creado plataformas de comunicación.

A medida que comienza a amanecer, al portal Morelos llegan más voceadores que empiezan a armar sus paquetes de periódicos. En este lugar esperan a las camionetas que traen los diarios locales y de la Ciudad de México.

Cuentan que esta labor requiere esfuerzo físico y concentración ya que hay que estar pendientes de reunir la cantidad adecuada de cada uno de los diarios, saber cuántos pedir para evitar el exceso de devoluciones pero también evitar dejar a los clientes sin su periódico de preferencia.

Todos los días llevan la cuenta de entregas y devoluciones. Antes era con cuentas a lago plazo pero con la disminución en las ventas, prefieren que el pago sea al día.

En este oficio hay hombres y mujeres. Todos se conocen, pues conviven mientras empacan los periódicos.

Los voceadores son la última parte de un gran engranaje que en conjunto da vida a los medios de comunicación impresos, un trabajo que se comienza a oscuras y que va cobrando vida a la par del amanecer, junto con el despertar de la ciudad.

Este trabajo, como muchos otros, pasa desapercibido por los consumidores quienes muchas veces no conocen el esfuerzo de las personas que trabajan enérgicamente para ganarse la vida, un trabajo sin el cual los medios de comunicación no se hubieran desarrollado.

POB/LFJ