A 32 años del devastador terremoto en el que murieron al menos 10 mil personas, los estados del centro del País fueron sacudidos este martes 19 de septiembre, a las 13:14 horas por un sismo de 7.1 grados en la escala de Richter.

Para la tarde del miércoles 20, la cifra de víctimas por el sismo alcanzó los 249, además de daños materiales incontables en la estructura de los edificios, mobiliario urbano e infraestructura vial.

Ante tantas interrogantes por la sociedad mexicana, un equipo de reporteros de la Agencia Informativa Conacyt consultó a científico, investigadores e ingenieros expertos en el tema.

¿Por qué fue un terremoto tan devastador?

Jorge Flores Valdés, investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que el sismo de 7.1 grados fue tan devastador porque el epicentro tuvo su origen entre los estados de Morelos y Puebla, a 120 kilómetros de la Ciudad de México.

La energía que se libera con el movimiento de la tierra se dispersa y conforme aumenta la distancia, la intensidad de la onda sísmica va disminuyendo cada vez más. Es por esto que el sismo de este 19 de septiembre fue mucho más devastador que el que se registró el pasado 7 de septiembre, el cual a pesar de que fue de mayor magnitud, no causó muchos daños en la Ciudad de México, por el hecho de que el epicentro se localizó a más de 700 kilómetros de la capital del país”, explicó.

¿Fue un choque de placas?


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Un gran parte del territorio nacional está sobre el extremo suroeste de la placa Norteamericana, que entra en contacto con la placa de Cocos. Esta placa, de extraordinario dinamismo, avanza debajo de la Norteamericana, en un fenómeno conocido como subducción, que acumula energía y se libera en forma de terremotos.

Luis Quintanar Robles, investigador en el Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la UNAM, destacó que:

México es un país sísmico, no es una sorpresa que ocurran sismos de esta magnitud, pero sí son poco frecuentes. El 24 de octubre de 1980, a alrededor de 50 kilómetros de distancia del epicentro de este 19, en Huajuapan de León, Oaxaca, ocurrió un sismo de 7.1 grados”, explicó.

De acuerdo con el especialista, los sismos de mayor magnitud que se han presentado en México provienen de la costa del Pacífico; sin embargo, el evento ocurrido el 19 de septiembre se asocia a la subducción de la placa oceánica por debajo de la placa continental.

¿Fue un sismo trepidatorio u oscilatorio?

Calificar el sismo de este 19 de septiembre como trepidatorio u oscilatorio es incorrecto. De acuerdo con el doctor Quintanar Robles, tales palabras no existen para los sismólogos, debido a que los sismos se propagan por todas partes y provocan movimientos verticales y horizontales.

Los sismólogos no utilizamos esos conceptos porque solo se trata de una cuestión de percepción. Los sismos mueven la tierra en todas las dimensiones, para un lado y para otro. En ese sentido, todos los movimientos de un sismo son de tipo tridimensional. Si tomamos como referencia el sismo (…) del día 7 de septiembre, que ocurrió a 700 kilómetros de distancia de la Ciudad de México, lo sentimos con un movimiento más horizontal”, explicó.

Destacó que el sismo del 19 de septiembre ocurrió a 120 kilómetros de distancia, por lo que el movimiento que prevaleció fue de tipo vertical, es decir, “se sintió un jalón hacia abajo, como si nos quitaran el piso, ese es un movimiento vertical evidente y típico de los lugares que están cerca del epicentro. Todos los sismos mueven el suelo en las tres dimensiones”, destacó.

¿Por qué colapsaron edificios que resistieron el sismo de 1985?

El doctor Francisco Javier Núñez Cornú, investigador y coordinador de la maestría en geofísica del Centro Universitario de la Costa (CUCSur), de la Universidad de Guadalajara (UdeG), explicó:

Por lo que he tenido la oportunidad de ver, las estructuras que se cayeron fueron edificios viejos que habían estado aguantando durante años, o simplemente edificaciones que tenían fallas estructurales, lo que contrasta con el resto de la ciudad, que se encuentra entera hasta cierto punto”, expresó Núñez Cornú.

El investigador refirió que a pesar de que en México la ingeniería sísmica ha tenido un gran avance, existe gente que no respeta las normas de construcción requeridas para la construcción de edificios.

En el mismo sentido, se expresa el maestro Gerardo Vargas, coordinador general del Observatorio en Puebla.

Para conocer si un edificio es seguro, primero se debe tener en cuenta el cumplimiento del reglamento de construcción. El siguiente paso es que cuando se haga la obra, esta debe respetar la solicitud de la licencia.

Además, en el área metropolitana de la Ciudad de México hay muchos edificios que en el sismo de 1985 fueron afectados, algunos se derrumbaron, otros se recomendó tirarlos y quedaron varios vigentes.

 

POB/GECR