La amenaza de una recesión se incrementa día a día, mientras los inversores analizan cada pizca de estadísticas económicas en busca de señales de debilidad en el gasto del consumidor o de una caída de las contrataciones. Estamos en una situación en la que creo que muchos economistas creen que es posible evitar una recesión por un pequeño margen, pero el riesgo es mucho mayor que hace dos meses.
Las crisis que enfrentan Estados Unidos y Europa tienen suficiente potencial para generar mayor volatilidad en los mercados financieros. Los expertos piensan que en la medida en que el riesgo de recesión se hace más presente, el ánimo de los inversionistas decae.
Ambas regiones tienen bastantes posibilidades de afectar el comportamiento de las bolsas de valores, tasas de interés y tipos de cambio. El temor de una recesión en EU se ha incrementado y la crisis de confianza que enfrenta el sistema financiero europeo continúa pesando sobre las decisiones de inversión, puntualizan.
En este momento es muy atrevido hablar sobre recesión. En EU se observa solo desaceleración y en Europa hay riesgos de que algunas economías entren en recesión, pero sería implicar que Alemania verá resultados negativos, y no se percibe ese panorama.
En el ambiente actual de inestabilidad, los especialistas anticipan que el tipo de cambio mantendrá una cotización por arriba de 12.50 pesos por dólar, la Bolsa Mexicana de Valores se verá envuelta en la volatilidad y las tasas de interés presionadas a la baja con un comportamiento similar a las de EU.
Los réditos del vecino país seguirán siendo refugio de los inversionistas, al igual que el oro, que operó arriba de 1,900 dólares por onza.
El Banco Central Europeo (BCE), que el mes pasado amplió su programa de compra de bonos para incluir a la deuda emitida por Italia y España, parece ser la única cosa que mantiene a los mercados de deuda soberana. No obstante, el programa polémico del BCE fuerza ciertas reglas de la Unión Europea y los analistas opinan que no puede continuar indefinidamente. Eso hace que la ejecución de la ampliación del Fondo Europeo de Estabilización Financiera sea aún más crítica.
Por otro lado, el segundo rescate para Grecia se ha visto amenazado por enfrentamientos políticos. El paquete de préstamos por 109,000 millones de euros anunciado en julio sufrió un revés el mes pasado, luego de que Finlandia exigiera a Atenas garantías que avalaran los préstamos de Helsinki. La medida provocó que Austria, los Países Bajos y otras naciones solventes demandaran acuerdos de colateral similares. Los líderes de la eurozona rechazaron el acuerdo bilateral entre Finlandia y Grecia y criticaron a la primera por congraciarse con las fuerzas políticas que se oponen a la Unión Europea.
La situación política incierta en Europa se suma, por lo demás, al sombrío panorama económico de la región. En el segundo trimestre, el PIB de 27 miembros de la Unión Europea apenas creció 0.2%, comparado con el segundo trimestre del año previo. Habrá que seguir muy de cerca el comportamiento de la zona euro y peor aún los datos económicos de Estados Unidos, como ya lo dijo el Gobernador del Banco de México, las cosas no pintan nada bien para estos días.