“El volcán me trajo aquí”, leí en el primer tuit que @Monisfranco escribió en su muro, el día en que la euforia por la actividad volcánica del Popocatépetl inundó cualquier espacio de información noticiosa.

La frase me gustó. Me inspiró en repensar este blog “Crónicas de un insomnio”.

Este mismo espacio que nació hace algunos ayeres y que se nutre con información diaria, aunque se actualiza –lo confieso – cada que me da la gana.

Le di vueltas mil veces, pero la frase seguía ahí: “El volcán me trajo aquí”.

Y es que la entonación y la intención lo dice todo, excepto por el ¿aquí?, pues dónde es aquí.

Me pregunté tres veces, dónde había que estar y no hubo dudas. El mensaje estaba claro. Aquí es AQUÍ.

La era digital alcanzó este insomnio, que de ahora en adelante escribirá sobre las nuevas tecnologías para el desaprendizaje.

Y decidí reiniciar de nuevo.

El propósito se irá planteando en el camino. La ruta también tendrá baches y topes, como la ruta de evacuación del volcán.

En fin, habrá que remodernizar esta dinámica, así que nos vemos en la meta, si es que algún día llegamos.

 

Contra la oligarquía

 

El Rey Juan Carlos de España también tuvo que cambiar de rumbo. No tiene Facebook o Twitter públicos, pero su foto cuando se encontraba en Botsuana cazando elefantes atiborró la red mundial de insultos y “buenos deseos” para el jefe del estado español.

Don Juan Carlos fue internado hace unos días por una fractura en la cadera, producto de una caída en su más reciente viaje, lo que provocó su traslado inmediato al territorio ibérico.

Al salir del hospital alcanzó a decir: “Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir”. Once palabras que han dado la vuelta al mundo, otra vez. Fue entonces cuando el portavoz del Rey de España planteara una serie de cambios en la agenda pública y privada de Su Majestad.

El cambio estaba hecho ¿Cómo influyó la red social para presionar la disculpa de Don Juan Carlos? Por la red mundial corrieron más de 500 fotografías diferentes con la imagen del Rey y un elefante. Las mofas no se hicieron esperar y los reclamos atiborraron los muros de cualquier red social.

Desde ahora, Don Juan Carlos pensará dos veces en hacer un viaje de este tipo. Y una más, en aceptar posar para una fotografía, pues al circular por la red, seguro se convertirá en dinamita pura.