Aunque en la actualidad el ahorro de tiempo sea vital para muchas personas, hay cosas que se deben hacer con calma para tener los resultados esperados.
Con el surgimiento y boom de las redes sociales, también se crearon diversas herramientas que permiten utilizarlas más fácilmente, sin embargo, aunque algunas de ellas resultan prácticas, otras pueden perjudicar la imagen del usuario o de la marca.
Tal es el caso de la sincronización, una herramienta común sobre todo en el caso de Twitter y Facebook. Esto permite al usuario publicar un comentario en las dos redes sociales con solo escribirlo en una de ellas.
No obstante cada red social se creó bajo objetivos distintos y en ocasiones sus usuarios también son distintos. Por ello que deben ser manejadas de forma particular, teniendo en cuenta el público al que están llegando los mensajes.
Y es que los usuarios de Twitter son mucho más dinámicos que los de Facebook, mientras que LinkedIn tiene un perfil más “profesional”, por poner un ejemlo.
De esta forma, tal como lo refiere Bárbara Pavan en bitelia.com antes de tomar la decisión de sincronizar varias redes sociales hay que responder a las siguientes preguntas:
• ¿Qué es lo que hacemos en cada una?
• ¿Queremos que esta información se vea en todas partes?
• ¿Compartimos los mismos contactos, que recibirán de la misma manera lo que estamos publicando?
La situación se agrava cuando no se trata de un usuario común, sino de una marca o empresa, de tal suerte que si no se toman en cuenta las interrogantes anteriores, se corre el riesgo de:
• Ser penalizado en las mismas redes sociales debido a un manejo incorrecto.
• Mala recepción del contenido.
• Dar la impresión de falta de profesionalismo.
• Mala imagen de la marca al no interactuar con sus seguidores.
Por ello, la recomendación para ahorro de tiempo y mejor administración de las redes, es usar aplicaciones como HootSuite o TweetDeck, que además tienen la opción de poder utilizarse en dispositivos móviles dando una mayor practicidad.