Nadezhda Tolokónnikova, Yekaterina Samutsévich y María Aliójina, tres integrantes del grupo punk ruso Pussy Riot, fueron condenadas a dos años de cárcel, luego de que en febrero pasado irrumpieron en una zona restringida del altar de la catedral de Cristo Redentor en Moscú, el principal templo ortodoxo del país; y tras despojarse de su ropa comenzaron a interpretar canciones en contra de Vladimir Putin.
Una de las canciones con las que protestaron las Pussy Riot decía entre sus estrofas "Madre de Dios, echa a Putin", en ella se acusaba al patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kiril, de venerar al presidente ruso y no a Dios.
Días después de los hechos tres de las integrantes del grupo fueron detenidas y encarceladas, mientras comenzó a desarrollarse el juicio en su contra, las otras dos no pudieron ser identificadas.
Tras conocer su sentencia las jóvenes se declararon inocentes al insistir en que se trató de “una expresión política de forma artística”.
El juicio ha generado gran polémica y una campaña internacional en favor de su libertad. Artistas como Paul McCartney, Sting, Madonna o Björk y bandas como Red Hot Chili Peppers, se han pronunciado a favor de las chicas.