Si bien la historieta de Rius “Los Agachados” retrata a la perfección esa idiosincrasia mexicana, ésta también puede ser aplicada a otros estratos sociales, donde aquellos no son lo que aparentan, dicen una cosa y hacen otra, son críticos de membrete y esquiroles en lo oscurito.
Así son, sin retoques, pero eso sí, con la convicción de llamarse empresarios y liderar a sus diferentes gremios, sin embargo la cruda realidad condena a muchos de ellos como “Los Agachados”.
Nada queda de esa iniciativa privada que catapultó a Puebla como una de las entidades con mayor poderío no sólo económico, sino también moral, de quienes se dieron a la tarea de integrar cámaras tan antiguas como la de Comercio o el propio Consejo Coordinador Empresarial.
Como relatos propiamente históricos se recuerdan aquellas confrontaciones con el ex presidente Echeverría, o bien las marchas en Puebla en los sexenios de Mariano Piña y en el gobierno del hoy “izquierdista” Manuel Bartlett.
En diferentes momentos de la historia poblana, vino a las cabezas de familias custodias encarar y cuestionar las acciones de gobierno, fajarse los pantalones y ser verdaderos líderes, que si bien, formaron parte de los cacicazgos patronales, tuvieron el mérito de generar opiniones, abrir la billetera pero no sólo para las campañas políticas, sino para invertirle a la empresa familiar y apostarle a la creación de empleos.
Lejos quedó también aquel pasaje que marcó la división patronal en Puebla y creó al grupo disidente empresarial.
Hoy nos preguntamos los poblanos ¿dónde quedaron los verdaderos empresarios? De algo sí podemos estar seguros, es que no están en lo que hoy queda de los organismos empresariales.
Así como en el gobierno y sindicatos, los empresarios también constituyeron sus propias burocracias patronales donde hay de todo, menos empresarios de cepa.
Hay quienes ostentan los apellidos yunquistas y están en los Consejos Directivos o Vicepresidencias por default, pero es lo único que les queda, porque ya ni empresa tienen.
Otros, son los que sin rubor alguno están más preocupados por subirse al templete de los actos oficiales, validar las acciones de gobierno, conseguir el palomazo para infiltrarse como suspirantes para el 2013 o de plano, “agacharse” y dejar hacer, dejar pasar.
De parte de los empresarios, las verdaderas acciones para fomentar inversión y generar empleo son letra muerta. La atención de muchos está en el movimiento de los alfiles del ajedrez gubernamental, no en el compromiso ni en la responsabilidad que tienen al encabezar los diferentes sectores productivos.
Los Agachados puede ser sin duda una excelente metáfora de una gran parte de los empresarios que hoy lideran los organismos empresariales en Puebla.
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