\"\"

Como el midas que apadrina, bendice, conviene, absuelve y cuestiona, el Arzobispo Antonio Chedraui es de esos monumentos vivientes que visitan los poderosos, los que con derecho de picaporte se acercan no para sanar el alma, sino para negociar enroques, curules, puestazos, gubernaturas y lo que se acumule; claro, siempre que se cuente con la venia ortodoxa.

Seguro habrá algunos que me quieran exorcizar, pero estoy curada de espanto.

Hace dos años, me entrevisté con Monseñor Chedraui,  una amiga en común nos acercó y me concedió una entrevista para la Revista Líder.

Mi extremado ateísmo no me impidió reconocer la simbiosis que hallé en ese hombre barbado de entonces 78 años. Rodeado de un lujo exquisito y ataviado con tanto oro que me daba no se qué detener mi mirada en esas reliquias, escuchaba a un hombre con marcado acento libanés hablarme de pobreza, injusticia, narcotráfico, homosexualismo y hasta de su amigo Peña Nieto.

Ahí casi en la puerta del cielo para los poderosos, me bastaron dos horas para entender que iglesia, poder y dinero son un trío muy socorrido en este México de contrastes.

Entre el ir y venir de la servidumbre, fui espectadora de la antesala que hicieron ex senadores priístas, consejeros de Coparmex, inversionistas de bienes raíces y hasta el empresario Jaime Camil Garza.

Tal parece que los personajes en cuestión esperaban diferentes tipos de “señales”, no divinas, sino más bien terrenales y con diversos intereses.

Sabedor de su liderazgo entre los hombres más poderosos y pudientes de México, Monseñor Chedraui escucha, palomea, increpa, telefonea y acuerda.

Es la otra iglesia, esa que más allá de lo ortodoxo, facilita la escalera de cristal para quienes gustan tocar el cielo.

Afable y buen conversador, Chedraui posee el carisma de un líder nato que sabe permanecer en los recovecos políticos y económicos, donde las penitencias se cuentan en pesos.

De aquella larga conversación, rescato sus siguientes citas:

  • Fuimos rebasados por el narco
  • Impunidad en México, no se aplica la ley
  • Aprobar pena de muerte es un arma de doble filo
  • El narco tiene los medios para infiltrarse en las estructuras religiosas
  • México enfrenta una crisis moral y de valores
  • Defiendo la familia como institución y base de la sociedad
  • Repruebo adopción de niños por matrimonios del mismo sexo
  • Sobre la Pederastia: “En el clero también hay basura, como en toda sociedad”
  • “Nadie me va a tapar la boca”
  • Pido que las cárceles dejen de ser fábricas de la delincuencia
  • Peña Nieto es mi amigo. Los políticos también tienen derecho a tener creencias religiosas
  • El reto de las iglesias para la próxima década es mantener la lucha por la justicia y la ley
  • Mi reto personal es volver a ver al México pacífico y hospitalario que encontré hace 49 años, cuando pisé por vez primera estas tierras.

Hasta él seguirán llegando sus amigos, esos que cada enero se toman la foto, se sientan en la mesa del festín, convienen y conviven en torno al jerarca de la iglesia ortodoxa; son el jet set al estilo mexicano.

Nuestra entrevista concluyó cuando pasadas dos horas despidió a sus visitantes del día, y así, sin querer, ni pedirlo, me tocó “la bendición a los poderosos”.