No tiene la típica cortina negra a la entrada que indica que adentro más que un hotel es un prostíbulo; parece una vecindad. Abajo la encargada del lugar, doña Julieta, prepara y vende quesadillas.
Poblanerías pide permiso a doña Julieta para sacar fotografías de la arquitectura interior, sin embargo se niega. La razón, en el patio central cerca de 30 prostitutas esperan, algunas paradas y otras sentadas, ser seleccionadas por uno de los mirones que desde las escaleras las observan.

La Providencia, localizado sobre la 8 poniente, entre la 3 y 5 norte, en el centro histórico, es uno de los 62 comercios donde se oferta la prostitución en la ciudad de Puebla; así lo confirmó durante un operativo en mayo de 2012 Luis Mora Velasco, director de la Unidad de Normatividad y Regulación Comercial.
Es jueves 13 de septiembre. Es la hora de la comida, sin embargo las sexoservidoras no hacen pausa. Subiendo las escaleras, pasando el primer patio, se encuentra una especie de “recepción”; del lado derecho están el comedor y la cocina.
Una familia comparte los alimentos y conversa, mientras algunas prostitutas vacilan con ellos y beben un poco de agua. “Nada de chamba me ha salido” dice una de ellas, “apenas unos cuantos pesos”. “Ora, pues si no le echas ganas” le responde entre risas un señor ya entrado en años.
En el resto de los cuartos hay algunos clientes que han pagado de 80 a 200 pesos por l0s minutos de placer. En las otras habitaciones jóvenes toman alcohol y fuman marihuana; doña Julieta se acerca y les dice “mañana tenemos visita, así que se me van temprano para que limpie sus cuartos”.
Habrá un operativo, las prostitutas tendrán el día libre y el establecimiento fungirá como un hotel común y corriente. Son casi las cinco de la tarde y uno de los huéspedes grita” ya valió, operativo, escondan el chupe”.
La visita de las autoridades se ha adelantado, ya no hubo tiempo de limpiar los cuartos. Sin embargo, la información llegó con suficiente rapidez a doña Julieta para que pudiera despedir a las prostitutas y cobrarles la cuota del día. “Salida muchachas, salida, no se hagan pendejas” les dice doña Julieta. En cuestión de minutos el patio ha quedado vacío.
El delito
Desde hace 65 años La Providencia está en pie, sin embargo confirman algunos vecinos, hace casi un lustro que funge como prostíbulo.
De haberse realizado correctamente el operativo, según el artículo 227 del Código de Defensa Social Del Estado Libre y Soberano de Puebla, en su capítulo 7, doña Julieta debería pasar de 6 a 10 años de prisión, por el delito de lenocinio.
Sin embargo ella como decenas de personas que se dedican al comercio sexual en esta ciudad, son el resultado de la corrupción al interior de la Unidad encabezada por Luis Mora Velasco. A la fecha, aseguró el funcionario, 4 personas han sido dadas de baja por extorsión, aunque la realidad es otra, y la fuga de información sobre los operativos continúa.
Mientras tanto Puebla se coloca dentro de las primeras 5 entidades federativas, en cuanto a lenocinio, tratantes de blancas y prostitución infantil, así lo confirmó Nelly Montealegre Díaz, directora de Averiguaciones Previas de la Fiscalía Especial de Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas de la PGR.