Aprueban, avalan, aceptan y reciben…de todo, en efectivo y hasta en especie.
Son excelentes para los sketches, los tinglados y hasta el burlesque; su ignorancia y poca preparación son sus cartas de presentación.
Así son ellos, los elegidos por su comunidad, distrito, rancho, clan y hasta secta; le dan luz verde a los gustos del Gran Legislador, son lo que se diría en el argot sindical, los esquiroles del Poder Legislativo.
En la fauna del Congreso del Estado hay todo tipo de personajes y caricaturas.
Hay quienes difícilmente llegan sin la resaca del día anterior, también, están las defensoras a ultranza de la transparencia y terminaron en la abierta autocensura.
Los hay irreverentes y respondones, pero con los borregos de sus partidos, no con su verdadero amo.
Encontramos a los amantes del Bronx, esos que más que diputados parecen golpeadores y olvidan su pasado y presente en los giros negros, a la par se hallan los extorsionadores, los que graban todo para sacar provecho y hacer negocitos.
Están las ladys, esas que como floreros gustan adornar a donde las pongan; también figuran “Las Adelitas” esas que como soldaderas siguen a sus compañeros de fracción, sin hablar ni opinar, sólo están para completar las votaciones, y para decir “creo que el gobernador está contento conmigo”.
Y qué decir de los caballeros, esos que son herederos del apellido, la traición y el gusto de tener a toda la familia en las nóminas oficiales.
Está el que sin mayor recato pierde la dimensión de su cargo y presume regalos, dádivas y hasta leotardos, toda una banalidad.
Estos son los diputados poblanos, sí exactamente los que se llevarán 45 días de aguinaldo y tal vez un bono de “los cerros”. Todos ellos tienen bajo su responsabilidad hacer y aprobar leyes que distan mucho de garantizar beneficios para la ciudadanía.
Sabedores de su gran ignorancia y falta de autonomía caen en lo burdo, hay quienes tienen testaferros para quitarse la crítica, otros incluyen en la nómina oficial a la familia y toda clase de aviadores. Sin más, son lo que podríamos llamar un verdadero burlesque legislativo.
@rubysoriano
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