No cabe duda que la nueva Administración encabezada por Enrique Peña Nieto inició con el ABC político: generarse un enemigo al cual echarle la culpa de todos los males anteriores y por venir; darle un toque netamente social a su gobierno; alejarse lo más posible de temas que no pueden ser resueltos de inmediato como el crimen organizado y el narcotráfico; y dar una fuerte imagen de compromiso con la transparencia.

El primer punto lo cubrió usando a la “Maestra”. La guerra Peña Nieto vs Elba Esther Gordillo, que aunque en un principio se pensara era superficial, es mucho más real que los perros asesinos de Miguel Angel Mancera aunque con el ingrediente extra, no sé que tan bien medido, del acercamiento de un verdadero conflicto laboral-magisterial. Para nadie es un secreto que el personaje más odiado en este país, incluso más que el propio Salinas, es Gordillo y esto ha sido y seguirá siendo aprovechado por este gobierno.

En materia de políticas públicas, son de reconocerse la ya aprobada Reforma Educativa que junto con la Cruzada Nacional contra el Hambre pareciera se convertirán en los dos pilares de comunicación por su “cercanía a las demandas de la sociedad” de este nuevo gobierno. Aunque habría que aclarar que aún no queda muy clara su real utilidad en función de cambiar de fondo tanto el problema de la pobreza extrema como el de los bajos niveles en la calidad educativa.

Al menos en materia de educación, me dice una buena conocedora, con quien por cierto estoy de acuerdo, que si bien ésta es necesaria y urgente, “en tanto no se resuelva el tema de infraestructura que es elemental para crear ambientes propicios para la tarea cotidiana; en tanto no se resuelva la autogestión de los directivos que tienen mil candados para el uso de recursos y continúen atrapados en labores meramente administrativas y de papeleo burocrático interminable; y en tanto no se resuelva lo más elemental que es el número de docentes, es decir, mientras la plantilla de maestros no esté completa, incluso, con “emergentes” dentro de cada plantel, será IMPOSIBLE que cualquier reforma prospere”.

Y lo mismo ocurre con el programa para abatir el hambre de 7.4 millones de mexicanos que además corre el riesgo de convertirse, al igual que otros programas sociales, en un instrumento político-electoral. Este tema requiere de un trabajo conjunto, corresponsable y multidisciplinario para dar buenos resultados, por ejemplo debe diseñarse en conjunto una política para el campo encaminada a lograr nuestra soberanía alimentaria, entre otros muchos.

En resumidas cuentas, se trata de atacar el fondo de estos graves problemas que amenazan el futuro desarrollo del país, de lo contrario, la desilusión y altas expectativas generadas se traducirán, más temprano que tarde, en un absoluto y peligroso rechazo público.


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En lo que al crimen organizado se refiere, nos ha quedado más que claro que no es un tema que este gobierno pretenda atacar desde las trincheras mediáticas como hiciera su antecesor, aunque no tengo muy claro cuánto tiempo pueda pasar sin que tomen posición pública sobre temas realmente preocupantes como la formación de grupos armados de autodefensa en Guerrero, la contaminación de violencia ya presente en el Estado de México y el Distrito Federal, o el absoluto descrédito de las instituciones policiales y de justicia mexicanas puestos en evidencia una vez más con la liberación ayer de Florence Cassez por fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación orillados más por la violación a sus derechos (no le dieron asistencia consular inmediata, no se puso de inmediato a disposición del MP, se le violaron derechos fundamentales como la presunción de inocencia, entre otros) que por comprobación de inocencia, lo cual ha traído como consecuencia un gran rechazo social.

Finalmente, en materia de transparencia no fue un buen inicio. La declaración patrimonial que hiciera tanto el Presidente como su Gabinete, dejó más dudas que certezas. En términos generales, el recuento fue que no se quiso informar a la población de lo que realmente tiene cada uno de los funcionarios y lo hecho se tomó más como una burla a la sociedad y menos como un ejercicio de transparencia.

En fin, aunque el ABC se cumplió habremos de ver qué rumbo toman las cosas. En tanto, nos leemos la próxima semana…