Foto: Xóchitl R. Rangel

En medio de satines, lentejuelas, hilos dorados y accesorios religiosos, Silvia López ha invertido dos décadas de su vida para consolidar el negocio familiar.

El primer bimestre del año es el más significativo productiva y económicamente. En los días cercanos a la conmemoración de la Candelaria, su comercio se convierte en un taller de minivestidos para abastecer la demanda.

Al interior del local ubicado en la 10 poniente, entre 3 y 5 norte, en el Centro Histórico, se acondicionan mostradores dorados que sostienen las figuras del Niño Dios, ataviadas con diseños tradicionales y algunos más estrafalarios, que van de los 70 a los 350 pesos, según el tamaño y laboriosidad del traje.

En el Día de la Candelaria, la creatividad y versatilidad mexicana se imponen, como en el resto de tradiciones y festejos populares. La variedad es amplísima. Está el Señor de las Maravillas que incluye una peluca rizosa, una corona de espinas, una cruz y el manto púrpura, característicos de la efigie catalogada como la más venerada en Puebla.

También están el Niño de las Palomas, de las Mariposas, de los Olivos, de la Abundancia, los Milagros y las Rosas, además del Divino Niño, Niño Nazareno, Niño Doctor, Niño Arcángel, entre otros. Cada uno con su pequeña silla de madera y sus accesorios miniatura.


publicidad puebla
 

Sonajas, racimos de uvas, maletines médicos, báculos, coronas, sandalias, botines, zapatitos tejidos, prácticamente cualquier aditamento es posible, para acompañar el atuendo de las imágenes que miden desde 10 hasta 70 centímetros.

Para Silvia y su nuera Claudia, vestir niños es más que un negocio. Son dedicadas, pulcras en los bordados y las costuras. Les emociona colocar la vestimenta a bebés de yeso o resina de pequeñas dimensiones.

Foto: Xóchitl R. Rangel
Foto: Xóchitl R. Rangel

Día de la Candelaria

Monseñor Rogelio Montenegro Quiroz, explica a Poblanerías en línea, el origen de la tradición del “Día de las Candelas” o “Candelaria” en el sentido estrictamente religioso.

El clérigo señala que, de acuerdo al calendario litúrgico, la vida de Jesús se conmemora en distintos episodios torales, desde los cuatro domingos de adviento, Navidad, la visita de los Reyes Magos y la presentación a los 40 días, cuando la Virgen María acudió al templo de Jerusalén para su purificación y también llevó a consagrar a Dios hijo.

Ambas escenas litúrgicas coinciden en 2 de febrero, día de la Purificación de la Virgen o fiesta de las Candelas, del cual deriva Candelaria.

El también fundador del Instituto Diocesano de Teología para Laicos y del Instituto de Teología para Laicos Camino, Verdad y Vida, recalca que la tradición católica consiste en llevar a bendecir las imágenes a escala del niño Jesús que, recomendablemente, debe vestirse con mantos blancos que revelan pureza.

Reconoce que el folclor y la falta de evangelización derivaron en una práctica popular de vestir al niño de diversas formas, hasta recurrir incluso a uniformes futbolísticos.

Señala que en la iglesia católica éste continúa como uno de los días más importantes.

La fe y la tradición no se han perdido, por el contrario, se preservan prácticamente intactas.

Modernidad

ND-1
Foto: Facebook

La importancia de esta celebración ha rebasado los procesos tradicionales. Las redes sociales son una opción para cualquier negocio y la comercialización de vestidos para Niños Dios no es la excepción.

En Facebook, se pueden encontrar varias páginas que ofrecen toda una gama de vestimentas para la figura del Niño Jesús. La mayoría de ellas se ubican en el Distrito Federal, pero a través de los catálogos y comentarios, realizan envíos a cualquier parte de la República. Esta es una muestra más de la rapidez tecnológica.

 

 

 Tamaliza

Como parte de las usanzas, cada 2 de febrero las familias, compañeros de trabajo y amigos degustan tamales de sabores variados, pues quienes obtuvieron la figurilla del Niño Dios en la Rosca de Reyes, “pagan” con este alimento.

Guillermina Sánchez, dedicada a la elaboración de tamales, señala que en esta fecha sus ventas se duplican, pues le realizan pedidos especiales o de último minuto, las personas acuden a comprar decenas de piezas.

“Esta es de las poquitas tradiciones que yo veo que continúan igual que hace años”, platica.