“Nada va bien en un sistema político en el que las palabras

 contradicen a los hechos” (Napoleón)

 

Que mejor título (“The Truth Is Out There” X-Files) para iniciar el análisis de lo que ha pasado en los últimos siete días, en donde la desinformación y la contradicción entre el lenguaje institucional, el lenguaje corporal de algunos funcionarios y las palabras dichas han sido una constante.

Una de las máximas de la comunicación política moderna parte del hecho de que se debe tener un absoluto y profundo respeto por lo que opinan los ciudadanos comunes y, para lograrlo, antes se debe conocer cómo piensan las mayorías.

Con base en lo anterior, podemos definir que en la estrategia comunicacional de la Administración Peña para hacer frente al terrible incidente de PEMEX que dejó 37 muertos y un ciento de heridos, no se cumplió con esta máxima y me explico:


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Asumamos que este gobierno conoce la agenda mental de los mexicanos que, explicado de forma somera y muy simple, en materia política mantiene un alto porcentaje de desconfianza, es decir, no creen en sus representantes populares y funcionarios públicos; que además tiene una arraigada mentalidad complotista; y que está básicamente marcada por la “guerra” contra el crimen organizado que machacó Calderón durante 6 años sumado al incremento brutal de la violencia y hechos delictivos.

Ahora bien, sabiendo esto, parecería lógico que las acciones de comunicación de gobierno posteriores al hecho debieran haber tomado en cuenta que lo que dijeran no iba a ser creído y que, por tanto, requerían de figuras con autoridad conocedoras de estos temas para fortalecer su discurso; que a más tiempo dejaran pasar para dar una explicación convincente de lo ocurrido más se arraigarían las ideas de participación del crimen organizado, de un atentado, de auto-sabotaje, etc.

Pues bien, no solo no se hicieron acompañar de expertos a la hora de explicar lo sucedido y dejaron pasar 4 días para informar de los avances en las investigaciones que, por cierto, dejaron aún más dudas (¿de dónde vino el gas que provocó la explosión, qué cantidad pudo acumularse y durante cuánto tiempo para que se lograra una explosión de esa magnitud, por qué la gente no murió primero asfixiada o hubo síntomas de intoxicación, et.?), sino que además al presentarse el propio Presidente y gran parte del Gabinete de Seguridad en el lugar de la explosión ese mismo día (Secretario de Gobernación, Procurador General, Secretarios de la Defensa y la Marina) se dio la impresión de un hecho de suma gravedad que iba más allá de un accidente. Todo ello reforzado por la falta de coordinación comunicacional entre Poderes por lo que a las pocas horas de lo sucedido, la Cámara de Diputados incrementó su seguridad y lo hizo público.

Aunado a ello fuimos testigos de un Secretario de Gobernación titubeante, nervioso y poco preparado, lo cual no es un asunto menor, dado que en su figura recae el peso del gobierno, es justo en esta cartera en donde se concentra la fuerza del Estado y, por tanto, es imperdonable su participación en esas condiciones. Y por si fuera poco, en la segunda conferencia de prensa, la del jueves, participó más como figura decorativa, como moderador y presentador de la misma, dejando de lado la importancia de su investidura.

Y como cereza en el pastel quedó la emisión del decreto de tres días de luto por el Presidente de la República para después ese mismo fin de semana ser descubierto vacacionando en Punta Mita, lo que trajo consigo un rechazo brutal manifiesto en las redes sociales.

En conclusión, no dudo de la capacidad de Enrique Peña y su Gabinete, sin embargo, es más que  claro carecen de estrategia en materia de comunicación, de preparación para enfrentarse a los medios, no tienen cuartos de guerra y de riesgo eficientes que les permitan adelantarse a los hechos, y por supuesto no existe coordinación en la materia entre las distintas instancias y ordenes de gobierno.

Por el bien de México esperamos que a la brevedad den información clara, certera y creíble sobre el origen de la explosión, e igual de importante resultará el castigo que se dé a los entes responsables de la misma.

Del tema Romero Deschamps y el regalo de “plazas” a los hijos de los empleados fallecidos, de los vergonzosos hechos acontecidos en Acapulco (la violación de 13 turistas españoles y una mexicana) y la estupidez de su Alcalde hablaremos en la siguiente colaboración, en tanto, nos leemos la próxima semana.