Bien dice el dicho: “la mula no era arrisca, la hicieron a palos”. El reciente accidente, incidente, o como se le quiera llamar, la explosión en el edificio B2 de Petróleos Mexicanos ilustra claramente esta conseja popular. Decenas de especialistas, peritos, investigadores y otros versados en esos menesteres han estado recorriendo el área del siniestro. Incluso los extranjeros (a los que, como buenos mexicanos creemos con mayor facilidad que a los nuestros) han declarado que se trató de un “lamentable accidente”.
El diagnóstico parece claro. Sin embargo, nuestra suspicacia histórica, nuestro “sospechosismo” natural, nos impide aceptar una explicación tan sencilla. “Haiga sido como haiga sido”, buscamos una explicación algo más truculenta. Ni modo, así somos. No hay de otra.
Como bien decían algunos analistas, ya sabemos el “qué” pasó. Nos falta conocer el porqué. De las cinco preguntas clásicas del periodista (¿qué?, ¿quién?, ¿cuándo?, ¿dónde? y ¿por qué?) nos faltan las respuestas más importantes. Desgraciadamente, la experiencia nos enseña que pocas ilusiones debemos hacernos al respecto.
Sabemos el “qué”: explotó un edificio de PEMEX. Sabemos “cuando”, a la hora de la salida, cuando más trabajadores se encontraban en la zona colapsada. Sabemos dónde, el edificio B”, sótano y planta baja, más uno que otro piso. Lo esencial, “¿quién? y “¿por qué?” sigue pendiente…
Todavía no hemos terminado de digerir la bronca de San Juanico, hace unos años, de San Martín Texmelucan, más cerca de nosotros, ni las más recientes explosiones en otras instalaciones de la petrolera, que nos sucede esto. Digo “nos” porque se supone de PEMEX es de todos los mexicanos, y por lo tanto, mía.
Dejemos un poco las catástrofes petroleras, ¿qué sabemos de los avionazos que acabaron con la vida de un jefe de la policía y con dos secretarios de Gobernación? Nada. Si alguien tiene información al respecto, mucho agradeceré la comparta conmigo.
A la fecha, nada se ha dicho acerca de los responsables del incendio en la guardería ABC. Que yo sepa, quien aparece como el responsable central, el tal Molinar Horcasitas, anda bien campante cobrando en el PAN por no hacer nada.
Pero no todo queda ahí, el escándalo de Mexicana de Aviación tampoco ha sido resuelto. Y no digo tanto de los retrasos en adjudicar o no, decretar la quiebra o no, me refiero a la enorme tranza de don Gastón Azcárraga y secuaces. ¿Usted sabe algo de eso? ¿Han sido citados algunos de los responsables del colapso de la aerolínea?
Un Presidente de México que se va de vacaciones a Nayarit pocas horas después de decretar un duelo nacional… Un gobernador que anda buscando, en Guerrero, como legalizar lo ilegal y meter a la nómina a las “policías comunitarias”… Otro (de Puebla) que acomoda a los “poderes libres y autónomos” de manera a que hagan lo que él dice y manda…
Retomo, una vez más de nuevo, aquella frase inmortal del personaje de Eugenio Derbez. “Que alguien me explique…”
El IFE mandó a la congeladora el dictamen de su comisión fiscalizadora cuando se dio cuenta que se le había pasado la mano, culpando de todos los males del universo al PRD y exonerando de toda culpa al PRI…
Los legisladores ahora quieren quitar a todos los comisionados del (impronunciable para Peña) IFAI, y hacer una suerte de “borrón y cuenta nueva”…
Ya me puse de mal humor, y ese repercute en mi apetito y mi forma de dormir… Mejor ahí la dejo, esperando que algún día despertemos como país independiente, democrático y… decente.