Los partidos políticos han pasado a la historia y su presencia actual es sinónimo de corrupción, componendas, pactos y membretes. No más. Su existencia sirve solo para competir por un puesto de elección popular y nada más. Detentar el poder.

Hace ya un buen número de elecciones que el ciudadano vota más por los hombres, por la imagen personal que por los partidos; estos generan desconfianza.

Ahora, para la elección del 7 de julio del 2013, se han formado dos grandes alianzas: una, Mover a Puebla (que ingenio), formada por el Partido Revolucionario Institucional y el Partido Verde Ecologista de México; dos, Puebla Unida (más ingenio), integrada por el Partido Acción Nacional, Partido de la Revolución Democrática, Partido Nueva Alianza y Compromiso por Puebla.

Las alianzas tampoco generan ánimo y confianza en el elector. Tienen objetivos pragmáticos, legitimar y sobre todo operar el día de la elección.

En Puebla tenemos un PRI desvencijado, sin presencia, buscando, sobre todo en los últimos dos años, la sobrevivencia a partir del culimpinamiento. El Verde nunca ha tenido presencia. Ni Pablo Fernández del Campo y menos Juan Carlos Natale, lograrán liderar a sus agremiados. Los dos están deshechos, no espantan con el petate del muerto.

Del otro lado, un PAN inmerso en la pelea a muerte entre las tropas de Felipe Calderón y Gustavo Madero; la izquierda a partir del PRD intentando mantener los subsidios y cada vez más atomizada, un PANAL presa de los excesos magisteriales de Elba Esther Gordillo y un CPP cuya vida es temporal y oportunista.


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Lo dicho, los partidos y sus alianzas solo son membretes para la disputa.

El 2013 será recordado por tres características: serán campañas millonarias, confrontación de estructuras y sobre todo, la demostración de fuerza de dos personajes: Enrique Peña Nieto y Rafael Moreno Valle.

Choque de trenes, la madre de todas las batallas, la guerra en el altiplano, la pelea del siglo, pleito en la cumbre, duelo de titanes, llámelo como quiera, pero el 7 de julio en Puebla habrá solo un ganador EPN o RMVR.

Y se darán con todo. Las señales están enviadas.

Poblanetas

Se antoja un descanso, como diría el clásico: merecido o no, pero necesario.

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