Surgieron las redes sociales y con ello la revolución de la publicidad. Todas las marcas deseaban y siguen deseando tener un espacio frente a los millones de usuarios mientras sacan más fórmulas matemáticas para medir y explotar las herramientas. Quienes estudian el comportamiento de las personas en las redes sociales producen manuales y reglas para el uso correcto de los espacios, pero olvidamos un detalle.

Las redes sociales no se hicieron para vender y para ofrecer. Se trata sólo de plataformas dóciles que permiten la presencia de la publicidad, pero no podemos aplicar una fórmula mágica para obtener los resultados deseados. Digamos que, estamos invadiendo los espacios, por lo que intentar aplicar técnicas rigurosas no es muy confiable.

Por eso mismo debemos ser cuidadosos y no confiarnos de todo lo que aparece ahí. Las personas a veces se expresan como no pueden hacerlo en la vida ‘real’ y sus comentarios así como pueden ser muy profundos, pueden ser sarcásticos o con poco significado. Recordemos que cada dato arrojado puede ser cierto o no y por igual los resultados y fórmulas que hagamos pueden resultar o no.

En realidad es la publicidad se está beneficiando de esos medios, y por ello debemos ser cuidadosos en su manejo, sobre todo en temas delicados. Si vamos a obtener una ayuda de Facebook y de Twitter, que sea consciente de los límites que las redes nos imponen y de los límites que la publicidad tiene por sí sola para no crear falsas expectativas en las marcas.

@feheca