“No es reversible el tiempo,
 pero sí puede modificarse la percepción del pasado
 y el rumbo del futuro desde el presente”
Abel Pérez Rojas

Al igual que el drama de la Guardería ABC de Hermosillo Sonora, México, servicio e instalaciones dependientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), por la cual murieron 49 infantes y más de 100 resultaron lesionados; alrededor del mundo han ocurrido tragedias en instalaciones dependientes y de competencia exclusiva del Estado, espacios que deberían ser los más seguros porque se supone están cobijados por los principios rectores institucionales que dan fuerza y congruencia a la vida civilizada, pero no es así.

Aunque parezca extraño las condiciones en que operan algunos centros dependientes del Estado pueden representar un peligro y amenaza a la vida, integridad física y seguridad de las personas que por alguna circunstancia se encuentren en dichos lugares.

La ausencia o ineficacia de medidas de seguridad o protección civil,  la indolencia, apatía o corrupción de los funcionarios responsables de los centros e instalaciones del orden público y muchas otras causas convierten a los espacios dependientes del Estado en puntos vulnerables y peligrosos para las personas en general.

Hagamos  un repaso de algunos sucesos recientes que ilustran lo anterior.

El 16 de abril de 2007 fueron asesinadas en un tiroteo 33 personas y 29 resultaron heridas en el Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia. Ésta es la mayor tragedia de esa naturaleza en los Estados Unidos de Norte América que provocó reconsiderar la seguridad de los centros públicos de enseñanza de aquel país; no obstante la tragedia anterior, posteriormente se han presentado más ataques a centros educativos de la Unión Americana como la masacre de la Escuela Primaria de Sandy Hook del 14 de diciembre de 2012, en este atentado perdieron la vida 28 personas, de los cuales 20 eran niños.


publicidad puebla
 

El 25 de enero de 2013 en el Centro Occidental de Venezuela (Uribana) fallecieron 60 personas y resultaron heridas más de 100 en una riña entre bandas. La prisión albergaba a 2,400 presos cuando su capacidad máxima era de 850 reclusos. Las tragedias en centros penitenciarios son hechos recurrentes alrededor del mundo.

El 25 de abril de 2013 fallecieron 38 personas que se encontraban en un hospital psiquiátrico cerca de Moscú. Las habitaciones no tenían puertas, las víctimas pudieron salir caminando, pero se especuló en el sentido de que se encontraban sedadas o atadas a las camas.

Si regresamos al pasado veremos que no es exclusivo de los últimos años que personas que se encontraban bajo el cuidado y tutela del Estado pierdan la vida, resulten lesionados o afectados en su integridad por encontrarse en tal situación, que aunado a circunstancias de descuido, dolo o negligencia hace que las tragedias mayúsculas menoscaben la atención a los casos individuales que se pierden en el olvido por no tratarse de situaciones colectivas y de impacto mediático.

Independientemente de los procesos judiciales que se sigan en cada tragedia y que se supone concluyan con sentencias justas, no debemos permitir que la carga formativa de la desgracia se diluya y quede en el olvido.

Las tragedias que tienen como escenario espacios dependientes del Estado violan lo dispuesto en las leyes locales, nacionales, convenios y tratados internacionales, tal como el artículo 3º  de la Declaración Universal de Derechos Humanos que establece que “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”; derechos que han sido consagrados y suscritos en todo el mundo, aunque las condiciones en las diversas latitudes atentan cotidianamente a estos sagrados postulados.

Por ello la Organización de las Naciones Unidas (ONU)  debe ser la instancia a través de la cual se canalicen internacionalmente las experiencias colectivas suscitadas en este rubro para que se reduzcan  a su mínima expresión.

En este tenor, ante la pregunta: ¿Para qué sirven los días internacionales?, la ONU sostiene que:

Las celebraciones de la ONU tienen como objetivo contribuir, en todo el mundo, al cumplimiento de los objetivos de la Carta de las Naciones Unidas y sensibilizar al público acerca de temas políticos, sociales, culturales, humanitarios, o relacionados con los derechos del hombre. Son ocasiones para promover acciones nacionales e internacionales y despertar el interés sobre los programas y actividades de las Naciones Unidas.” (un.org 2013)

De lo anterior se desprende que los días internacionales sirven para hacer conciencia en la opinión pública mundial sobre asuntos vitales y sucesos que pueden quedar en el olvido o invisibles, de tal manera que en determinados días, aunque lo ideal es que sea durante todo el año, se hagan altos en el camino para evaluar los avances, progresos y retrocesos en dichos asuntos.

Por lo anterior y en memoria de los niños fallecidos en la Guardería ABC y en solidaridad con sus familias;  en honor de las personas fallecidas, lesionadas o afectadas en su integridad en tragedias alrededor del mundo que tienen por escenario instalaciones dependientes de los diversos niveles del Estado, así como a la invisibilidad supina en la que se encuentran desgracias individuales de la misma naturaleza que las catástrofes colectivas aquí abordadas, propongo que el 5 de Junio sea declarado como Día Internacional de la Seguridad de las Personas que permanecen en Instalaciones del Estado.

Convoco a organizaciones civiles, a académicos, a las personas afectadas y a sus familiares, y en general a la comunidad nacional e internacional, en especial a la ONU para que haga suya esta propuesta.

Por tratarse la presente propuesta de un Día internacional sólo pueden llevar la iniciativa a la ONU los Estados miembros, por ello le pido al Gobierno de México que a nombre del Estado mexicano realice esta propuesta ante la Asamblea General de la ONU, para que sea declarado el 5 de Junio como el Día Internacional de la Seguridad de las Personas que permanecen en Instalaciones del Estado.

Si lo logramos las tragedias suscitadas no habrán sido en vano y habremos incidido en la historia, siendo parte del pasado, del presente y del futuro.

Las generaciones que nos siguen nos lo agradecerán.