En el foro  “Perspectiva del Proceso Electoral Puebla 2013”, que se llevó a cabo en la Biblioteca Palafoxiana y organizado por el propio Instituto Estatal Electoral se presentaron ponencias de académicos, expertos en procesos electorales y estudiosos de la realidad mexicana.

Se trata de académicos, insisto, no de políticos miembros o militantes de algún partido. Analistas de procesos. Críticos.

Y sus augurios y pronósticos no son buenos.

Revelan la incapacidad, inexperiencia, insolvencia de quienes dirigen el IEE poblano, o de quienes presentaron y prepararon el plan para enfrentar el proceso que culmina con la votación del 7 de julio, pero que continúa hasta resolver los pormenores que la elección desencadene.

Cuando Miguel Ángel Solís Rivas, director Ejecutivo de Organización Electoral del Instituto Federal Electoral (IFE), escribe y dice, en su ponencia, “…que la estructura planeada por el Instituto Electoral del Estado de Puebla (IEE Puebla) será insuficiente para el recuento de votos en este 2013.”, es para preocuparse.

No lo está juzgando cualquiera.

Otra opinión es el de Arturo Sánchez Gutiérrez, maestro investigador del Colegio de México y Profesor del ITAM, quien “pronosticó que Puebla tendrá un conteo lento de votos el próximo 7 de julio.”

Sánchez Gutiérrez fue consejero del IFE y lo afirmado lo escribió en su ponencia “Perspectiva de la Jornada Electoral”, aunque también dijo que “…ante las características propias de la jornada y las nuevas reglas aplicadas a coaliciones, es preferible tardar un poco en dar resultados, que hacerlo mal.”

Resulta claro que Armando Guerrero Ramírez, además de ignorante de la Ley Electoral, al desatar los demonios con su afirmación de traslado de votos de un candidato a otro, ha resultado ser incapaz ya que además su imparcialidad ha sido bastante cuestionada.

Está claro, el inédito proceso que hemos vivido las últimas siete semanas, lleno de basura y porquería, revela que los actores, los protagonistas, los partidos y los candidatos, tienen al IEE que se merecen.

Pero ni Armando Guerrero Ramírez, ni el IEE de Puebla es lo que los poblanos se merecen.

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