El proceso electoral se ha comportado, hasta ahora, como los contendientes, protagonistas, candidatos, grupos, facciones, partidos y coaliciones han querido. Han seguido el guión al pie de la letra.

La propuesta ha sido el lugar común de todos los procesos. Nada nuevo.

En la etapa más larga de la contienda el ataque “anónimo”, del cual todos sabemos origen y destino, se desarrolló, también, sin novedades. Recordar al ciudadano los negativos del contrario.

La intención, ensuciar el proceso, más que reducir al enemigo (que no el contendiente), intención esta última que no fue la prioritaria. Objetivo: alejar el voto y llevar la contienda al terreno de la operación mapache, carrusel, ratón loco o acarreo.

Tiempo: dos meses.

Comentan los que saben que esta semana es la de ajustarle las tuercas al sistema. Organizar a los 20, 30, 60, taxis y autobuses para llevar y traer personas con el voto comprado, obligado, exigido, sobornado.


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Tiempo: una semana.

Los tiempos se acortan para llegar al 7 de julio.

Ese día, el de la votación, la primera medición de la votación se concluye a las once horas y a las doce del mediodía ya está en las manos de quién o quiénes toman las decisiones.

La tendencia está marcada, el ganador empieza a saborear las mieles de la victoria. El margen es corto, pero difícilmente se revierte. Hay que tomar decisiones. De un lado cuidar la ventaja; del otro asumir la derrota, intensificar el acarreo o preparar las acciones para reventar la elección.

A las tres de la tarde la segunda medición está clara y ahí sí la tendencia es irreversible. De un lado empiezan los abrazos, las sonrisas, el relax, se prepara el festejo; del otro lado las caras largas, y las órdenes: ¡quietos todos! O ¡a robar urnas y madrear gente!

Las condiciones están dadas para este que es el peor escenario se presente y han sido referidas por periodistas como Alejandro Mondragón, Arturo Luna, Mario Alberto Mejía, entre otros.

Mapaches y operadores de diferentes partes del país han llegado a Puebla: Yucatán, Colima, Estado de México, y el interior del estado de Puebla, se encuentran listos para poner en acción los conocimientos producto de una larga experiencia y trayectoria.

Preparan, los sesudos asesores, la judicialización de la elección. Lo han anunciado. Lo han referido.

En este, el peor de los escenarios, la violencia, física y verbal sentará sus reales.

Es el momento de cuidar el proceso.

En eso estamos comprometidos todos.

Hay que cumplir.

Poblanetas

Poblanerías fue clonado

Hace tres años, en el 2010, en la elección por el gobierno de Puebla estado, cuando apenas había 20 portales digitales en la región, el más leídos y que siguió paso a paso la elección, Poblanerías, fue clonado, hackeado y con su formato, diseño y a ocho columnas, daba el triunfo a Javier López Zavala por más de 10 puntos.

Eran las tres de la tarde cuando Marcelo García Almaguer llamó a la redacción de Poblanerías para avisar del delito. Se trataba de un dominio adquirido en Rusia y operadores cibernéticos habían puesto en el sitio de Poblanerías la página hechiza.

“¡Ya ganamos!” exclamó Marcelo, “..han hackeado a Poblanerías…¡el triunfo es nuestro…!” escuché a un Marcelo jubiloso.

El problema se solucionó en minutos, pero fue uno de los recursos que los mapaches cibernéticos usaron, para confundir y ensuciar el proceso.

Estamos preparados para que no vuelva a suceder.

@luisenriquesf

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