Foto: Policía de Rotterdam y Vadim Ghirda/AP
BUCAREST, Rumania.- Podría ser un caso de arte quemado, y un grupo de científicos intenta resolver este misterio.
El oficial de un museo rumano dijo el miércoles que las cenizas halladas en el horno de una mujer, cuyo hijo está acusado de robar siete valiosas pinturas de un museo holandés –incluyendo un Matisse, un Picasso y un Monet–, contienen restos de pintura, lienzo y clavos.
El hallazgo es evidencia de que Olga Dogaru pudo haber dicho la verdad cuando declaró que había quemado las pinturas, extraídas de un museo holandés el año pasado en un osado robo a la luz del día.
Ernest Oberlander-Tarnoveanu, director del Museo de Historia Natural de Rumania, dijo el miércoles en una entrevista exclusiva con la Associated Press, que los especialistas forenses del museo hallaron “pequeños fragmentos de pintura base, restos de lienzo, restos de pintura” y cobre y clavos de acero, algunos de antes del siglo XX.
Descubrimos una serie de sustancias que son específicas de pinturas y retratos”, dijo, incluyendo plomo, zinc y azurita.
Se negó a especificar si las cenizas eran aquellas de las siete obras robadas de la galería Kunsthal en Rotterdam el año pasado, diciendo que no le correspondía. Las autoridades judiciales tomarán la decisión, dijo.
Sí señaló, empero, que es “un crimen contra la humanidad destruir arte universal”. “No puedo creer que en 2013 nos encontremos con actos como estos”.
Oberlander-Tarnoveanu dijo que especialistas forenses del museo han estado analizando las cenizas del horno de Dogaru desde marzo y que los fiscales recibirán los resultados en las próximas semanas.
Las siete pinturas fueron robadas el pasado octubre, en el robo de arte más grande que se registró en Holanda en la última década. Los ladrones entraron a la galería por una salida trasera de emergencia, tomaron las pinturas de las paredes y escaparon; todo esto en dos minutos.
Se calcula que las pinturas valdrían decenas de millones de dólares en conjunto, de ser vendidas en una subasta.
Los ladrones se llevaron “Cabeza de arlequín ” de Pablo Picasso, de 1971; “El Puente de Waterloo, Londres” y “El Puente de Charing Cross, Londres” de Claude Monet, de 1901; “La lectora en blanco y amarillo ” de Henri Matisse, de 1919; “Mujer delante de una ventana abierta” de Paul Gauguin, de 1898; “Autorretrato” de Meyer de Haan, circa 1890, y el trabajo de Lucian Freud “Mujer con los ojos cerrados”, del 2002.
Tres sospechosos rumanos fueron arrestados en enero, pero las pinturas no se han encontrado.
Los fiscales rumanos dicen que Olga Dogaru –cuyo hijo sería el cabecilla del robo– alega que enterró las obras en una casa abandonada y después en un cementerio en el poblado de Caracliu. Dijo que luego desenterró las pinturas y las quemó en febrero, cuando la policía comenzó a buscarlas en la ciudad.
Los fiscales no han dicho si le creen o no, pero Pavel Susara, un crítico de arte rumano, dijo que la historia le suena a verdad.
Olga Dogaru describe cómo encendió el fuego, le echó la madera y quemó las pinturas, como si estuviera quemando un par de zapatillas”, dijo. “O es una escritora reprimida o está describiendo exactamente lo que hizo”.
Con información de Jill Lawless, Michael Corder/AP