Bancos grandes y pequeños de Estados Unidos se están preparando para un ejercicio muy detallado esta semana, que pondrá a prueba cómo les iría si piratas cibernéticos desataran un ataque poderoso y coordinado contra ellos.

El ejercicio lleva el nombre de “Amanecer Quantum 2”. Aunque suena a videojuego, también busca comunicar la gravedad de la amenaza.

Los ataques cibernéticos contra el sector bancario son cada vez más frecuentes y complejos, y la lista de agresores cambia constantemente: capos de la mafia que desean dinero, “hacktivistas” que quieren hacer propaganda para sus opiniones políticas, gobiernos extranjeros que desean espiar a compañías estadounidenses.

Un ataque generalizado y exitoso a los bancos sacudiría la confianza en el sistema bancario y la posibilidad de que ocurra tiene muy nerviosos a los directores de las instituciones financieras y a los organismos reguladores.

Jamie Dimon, director general del banco más grande de Estados Unidos, JPMorgan Chase, reconoció que los ataques están haciéndose más complejos y peligrosos. Ya no son efectuados por hackers “bastante simplistas” que toman el control de las computadoras personales de la gente, afirmó.

“Ahora hablamos de personas respaldadas por estados, cientos de programadores”, dijo en una conferencia telefónica con periodistas a principios de año, “que no sólo se apoderan de computadoras personales, sino también de servidores y de computadoras centrales“.


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JPMorgan y sus competidores, como Bank of America, Citigroup y Wells Fargo, se han inscrito al ejercicio del jueves, organizado por el mayor grupo del sector en Wall Street, la Asociación de la Industria de Valores y los Mercados Financieros (SIFMA, por sus siglas en inglés).

Participarán unos 50 bancos y organizaciones, incluidas agencias gubernamentales como el Tesoro, el Departamento de Seguridad Nacional, la Comisión de Valores y Bolsas, y el FBI.

Durante el ejercicio, los empleados bancarios estarán en sus oficinas y durante todo el día serán bombardeados con trozos de información que podrían indicar un intenso ataque de hackers.

Monitorearán un mercado bursátil simulado para que detecten transacciones irregulares y se les presionará con el fin de que averigüen qué está pasando, y cómo reaccionar al tiempo que comparten información con los reguladores y entre sí.