En Puebla, han aparecido empresarios que venden marcas en calidad de franquicias; pero abandonan a sus compradores, los destinan al fracaso y les provocan pérdidas millonarias, sostuvo Enrique Vargas Medina, presidente de la Asociación de Empresas Franquiciantes.
Afirmó que tan sólo en el estado, se han detectado cinco casos durante el último año; de los cuales, tres han interpuesto demandas por perjuicios de al menos, un millón de pesos cada uno.
Explicó que los supuestos dueños de marcas se han amparado en los vacíos legales existentes, para evadir la responsabilidad de los franquiciatarios, quienes deben dar seguimiento constante a los negocios mientras exista un contrato vigente, para garantizar la sobrevivencia.
Estas personas aprovechan las deficiencias legales para ostentarse como franquicias; pero no dan asistencia a quienes los compran durante la vigencia del contrato. Sólo entregan manuales y en todo caso, un pequeño curso de capacitación y los olvidan”.
Sin mencionar los nombres de las cadenas involucradas, dijo que en la mayoría de los casos, se ha tratado de negocios relacionados con bebidas y alimentos, venta de telefonía y tecnología, y con talleres lúdicos infantiles.
Indicó que según cada caso particular, esta conducta podría ser tipificada como fraude y ante el hecho de que en el estado, al menos dos mil poblanos fueron defraudados en el último año, llamó a las autoridades a difundir medidas preventivas a la brevedad.
Argumentó en ese contexto, que la existencia de lo que llamó “marcas patito” no es exclusiva de la entidad y refirió que las autoridades federales detectaron más de 700 marcas con posibles irregularidades.
Comentó que durante el año anterior, de 850 marcas creadas con fondos del Programa Nacional de Franquicias, sólo 130 habían logrado comercializarse correctamente.
Por esa razón, Vargas Medina comentó que su agrupación impulsa reformas en la materia y mientras tanto, pidió que quienes busquen oportunidades para emprender negocios, sean cuidadosos.
Recordó que una empresa que ofrezca utilidades altas con bajo riesgo y en poco tiempo, debe ser vista con sigilo; ya que puede tratarse de una operación fraudulenta.
Asimismo, recordó que debe realizarse un examen de novedad ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI), para verificar que las marcas vendidas no tengan problemas de registro.