“Hay situaciones en las cuales
 siempre optaré por  las del pasado”
Abel Pérez Rojas

Los jóvenes tienen una nueva moda alcohólica: la ingesta de alcohol por los ojos (eyeballing) y emborracharse con un tampón humedecido en alcohol e introducido a través del ano o la vagina (tampodka o tampax on the rocks).

Habrá que considerar seriamente este tema, pues ya de por sí el alcoholismo en los jóvenes es un asunto de suma preocupación por la problemática que se desata en todos los sentidos.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) alrededor de 320,000 jóvenes de entre 15 y 29 años de edad mueren anualmente por alcoholismo en el mundo, esto significa el 9% de las defunciones de ese grupo de la población.

Se estima que en México cerca de 3 millones de jóvenes son alcohólicos y más del 13% de la población presenta síndrome de dependencia alcohólica.

A la par de los problemas convencionales de antaño conocidos sobre el alcoholismo, ahora debemos agregar otras preocupaciones.


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A decir de quienes han  practicado el eyeballing y el tampodka, éstas son formas de emborracharse con tres “ventajas”: la primera es evitar el aliento alcohólico; la segunda es que la embriaguez se alcanza con mayor rapidez porque el alcohol pasa directamente a la sangre sin el filtro del hígado provocando con ello; la tercera, disminuir los costos para desinhibirse.

Entre los efectos que puede ocasionar el eyeballing está la trombosis en la córnea, infecciones; pérdida de visión parcial, temporal o permanente y en el peor de los casos la ceguera total irreversible.

El tampodka ha sido relacionado con conductas de “iniciación” para ser aceptado en ciertos círculos juveniles, por ello también podría ir aparejado con prácticas sexuales.

En nuestro país se han presentado los primeros casos de urgente hospitalización debido a la intoxicación  bajo estas modalidades, por ello hace unas semanas los diputados federales Francisco Alfonso Durazo Montaño, Ricardo Mejía Berdeja y Ricardo Monreal Ávila presentaron una iniciativa para reformar la Ley para la Protección de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, y a la Ley General de Salud, para proteger a los jóvenes mexicanos del eyeballing y del tampodka.

La iniciativa emprendida por los diputados es oportuna y sentaría las bases jurídicas para abordar específicamente esta problemática, pero desafortunadamente por la naturaleza y relativa novedad del fenómeno, aún no se cuenta con estadísticas ni investigaciones suficientes de estas modalidades en México, pero sí se sabe que está asociada a jóvenes preparatorianos y universitarios.

Por lo anterior, centros con gran presencia juvenil, como es el caso del municipio de Puebla, que es la ciudad con mayor cantidad de universidades en México, sólo después del Distrito Federal, deberían poner atención especial a este fenómeno. A la fecha no se ha hecho.

Este tipo de fenómenos sólo puede afrontarse y prevenirse exitosamente a través del diálogo abierto y maduro con miras a generar conciencia en todos.

No será fácil dialogar en muchas de las familias y escuelas mexicanas sobre el tampodka por las inherentes connotaciones sexuales. Desgraciadamente la sexualidad aún se mantiene al margen de las conversaciones francas debido a los prejuicios religiosos y moralistas que aun imperan en México.

Es indispensable que los espacios renuentes a hablar de estos temas de una vez por todas se abran y que las autoridades se aboquen a ello, porque la vida y salud de nuestros jóvenes está de por medio.

La pregunta está en el aire: ¿hasta dónde ha penetrado el eyeballing y el tampodka en México?

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