El recuerdo de aquella noche épica sigue fresco en la memoria, 40 segundos separaban al Cruz Azul de romper la malaria de 16 años sin levantar la copa, Moisés Muñoz revivió a las águilas con esa palomita y el resto de la historia ya todos la sabemos, América campeón.

Para este torneo, más de uno, por no decir medio país que  no simpatiza con los azulcremas, veía como probable el que sin Diego Reyes en la defensa y Christian Benítez en el ataque (Q.E.P.D), el odiado rival tendría un torneo difícil, con malos resultados y problemas para refrendar su corona, la realidad es que hoy con 13 puntos de 15 posibles, con 2 partidos pendientes y en la cima de la tabla general el América goza de plena salud y se ve más fuerte que nunca,  malas noticias para el abundante “antiamericanismo”.

Los huecos dejados por Reyes y “Chucho” eran y son difíciles de llenar, se trajo a un veterano como: Luis Gabriel Rey (delantero) de todas las confianzas de Miguel Herrera (Director Técnico), se compró al colombiano Andrés “Rifle” Andrade en 800 mil dólares cuando se iban a gastar 8 millones de dólares en Jefferson Montero delantero de Morelia y casi de forma gratuita llegó al nido Luis Ángel Mendoza, un total y soberano desconocido hasta hace 5 partidos, hoy revelación del equipo con esa extraordinaria actuación del sábado anotando 2 goles y un pase para gol contra Monarcas Morelia precisamente.

Hoy ya no se gastan fortunas en petardos traídos de Sudamérica, no se quejan del arbitraje, no reciben “ayudas” arbitrales, sus jugadores salen en las portadas de los periódicos deportivos en lugar de revistas de espectáculos, no hay chismes de pasillo sobre grilla en el vestidor, no hay divas, mucho menos vedettes, aunque suene raro, este América “aburre” por fuera pero divierte dentro de la cancha.

Si le ganan al Atlas, es porque agarran pichón, si le ganan al Atlante es porque son malísimos, si le ganan a Pachuca y Morelia es porque no son “la gran cosa”, el América ya se acostumbró bien o mal, a que demeriten siempre sus triunfos, pero lo más importante, se está acostumbrando a ganar en cada cancha que se para, el efecto “Moi Muñoz” de momento no se ha terminado.

La famosa “campeonitis” es sin duda una de las mentiras más grandes que tiene nuestro futbol, término referido al equipo que después de ser campeón, se cae a pedazos al torneo siguiente, líder general con 2 partidos pendientes al menos hasta ahorita, la “campeonitis” al América, le hace lo que el viento a Juárez.

El América actual, ganador, comprometido, con hambre, ambicioso, trabajador, es para los morbosos un América “aburrido”, lejos de escándalos y asuntos extra cancha, pero que gana y gusta, con paso de campeón.

@tonysanchezcam