Vestir de atuendos tricolores, oír música de mariachi y ver fuegos artificiales, formarán parte de las celebraciones que habrá este 15 de septiembre para recordar la independencia de México y mostrar la identidad, el amor por la patria.
Pero la realidad es que el nacionalismo mexicano sólo se expresa durante estas celebraciones, sin revivirlo durante el resto del año a menos que la selección mexicana gane algún partido.
Los demás días, se vive una vida saturada de anuncios y frases en inglés como: new collection, coming son, back to school, happy hour ,fashion week, entre muchas otras más.
México es uno de los países que vive este tipo de influencias y ha deja de lado las tradiciones e historia, básicas para el sentimiento patriótico que se debe tener como mexicanos.
Dulce María Judith Pérez Torres, responsable del Área Social y de Psicología en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), asegura que hace más de 30 años las fiestas patrias sí hablaban de una oportunidad para demostrar el nacionalismo.
En entrevista para Poblanerías en línea señala que eran una forma de mostrar el compromiso con el país, con expectativas y esperanzas que se han desmoronado a causa de la globalización.
Refiere que en el país, existe la multiculturalidad, es decir, se aceptan diversas expresiones culturales pero sin involucrarse ni formar parte de ellas, consumiendo productos multiculturales principalmente relacionados con la tecnología, y exhibiendo la incapacidad de poder producirlas.
En este sentido, dice, los mexicanos no desarrollan un proceso intercultural, definido como el respeto a las expresiones culturales diversas pero sin anclarlas para nuestro desarrollo.
Patriotas o patrioteros
Por otra parte, menciona que existe “el México del vulgo”, donde la gran mayoría de las personas festejan con sombreros de charro “mal hechos”, pintura en la cara y gritando que “somos mexicanos”, sin mirar alrededor de la riqueza cultural del país y sus limitaciones sociales.
Agrega que muchos mexicanos pasan por desapercibidas las desgracias de sus connacionales y dejan atrás la hermandad que el Himno Nacional exclama cuando en sus notas recuerda tener un soldado en cada persona, no solo para la guerra , sino para la educación, la salud y la solidaridad.
Ante la posibilidad de que la sociedad en México pudiera estar avergonzada por acontecimientos que no enaltezcan su patriotismo, la especialista señala que en realidad, se vive un desconocimiento de la propia cultura e incluso, la historia se percibe como muy lejana.
Esto si se considera que dos generaciones atrás, los abuelos o bisabuelos vivieron en carne propia la revolución.
Es necesario entender que los hombres y mujeres de México aún forman la historia de su país día a día y son sus actos, demandas culturales y sociales, además de la belleza natural y de su gente la que construye una visión diferente en cada individuo.
Pérez Torres explica que el mexicano no valora lo que hace, produce o siembra, mucho menos sus propias indumentarias, sólo se viste de verde, blanco y rojo para el grito de Independencia y después se guarda.
Por el contrario, países como África o India visten a diario con indumentarias que los identifican y que los unen como cultura.
La actualidad, dice, muestra a un México más encantado por la influencia extranjera, por lo que debe de conocer más a fondo las raíces que lo engendraron, así como lugares tradicionales e historia, y todos estos factores se podrán encontrar en la lectura, el recorrido en museos y templos religiosos en donde se guardan las memorias del pueblo.
La especialista destaca la importancia de conservar las tradiciones de padres a hijos, porque es muy común observar a las nuevas generaciones faltas de este valor, quizá el problema sea que muchos jóvenes no consideran que serán viejos algún día y por consiguiente deciden olvidar estas memorias , un problema importante generado por el neoliberalismo.
Pero la cultura no es desechable –asegura la psicóloga social– y por el contrario se debe perfeccionar sobre la marcha, acuñándose en el imaginario colectivo de todas las personas para decir algo al mundo.
Considera que la identidad debe conservar elementos básicos como: adornar los hogares, ponerse de pie y cantar el Himno Nacional, saludar a la bandera y enseñar estas responsabilidades cívicas a los menores, cenar en familia de forma sobria y leer historia de México.
Finalmente y a pesar de las transformaciones que la historia ha tenido y que en ocasiones ha llegado a romper el esquema de las historias originales que se cuentan en los libros de texto, recalca la importancia de tener un anclaje nacional, fueron otros quienes escribieron la historia en la que no estuvimos presentes; pero son acontecimientos que crean la identidad de los mexicanos que no se deben dejar de lado, sino formar parte de ella con acciones correctas para el país.