Alberto Jiménez Merino, delegado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) en Puebla, asegura que el mayor impacto de “Ingrid” y “Manuel” en el campo poblano, fue un gran beneficio para cerca de un millón de hectáreas que recibieron importantes cantidades de humedad para terminar de madurar los cultivos del ciclo primavera-verano.

Mientras para muchos estados como Tamaulipas, Veracruz, Guerrero y Oaxaca (costa del Golfo y el Pacífico) la presencia de estos fenómenos naturales fueron catastróficos, las bondades para el campo fueron relevantes en Puebla.

Ejemplifica que las lluvias favorecieron casi 70 mil hectáreas de café en la región sierra norte-nororiente y en la sierra negra. Destacan también, 600 mil hectáreas de maíz; cerca de 20 mil hectáreas de cebada.

Además, más de 20 mil hectáreas de sorgo;, hecho con el cual, más de 600 mil cabezas de ganado bovino tienen más forraje y más alimento para crecer y producir carne y leche.

Para el valle de Puebla y el centro del país –destaca– estas lluvias también representan grandes beneficios. Aclara que esta visión, muchas veces se pierde.

Lo que para nuestros hermanos de Guerrero, Veracruz y otros estados en desgracia, fue una catástrofe, para el campo de Puebla fue una bendición”.

Café, maíz, frijol, caña de azúcar, forraje, haba, cebada, sorgo, cacahuate, son los productos que se vieron favorecidos con los  fenómenos naturales en sus cosechas.


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Cuentan 4700 hectáreas dañadas

No obstante, detalla que se tienen cuantificadas 4 mil 700 hectáreas (.47 por ciento del total) que fueron dañadas en los distritos de desarrollo rural de Teziutlán e Izúcar de Matamoros.

Concretamente, los daños se centran en 14 municipios, donde destaca el desbordamiento del río mixteco en Tecomatlán, así como del río Tlapaneco en Ixcamilpa de Guerrero, donde se metió el agua a los terrenos, incluso, llevándose la tierra.

Mientras cultivos de maíz, frijol, calabaza, cacahuate, papaya y haba, fueron las principales siembras afectadas.

Revela que ya se cuantificaron los daños y se han conciliado las cifras con el Gobierno del Estado, por lo que en este momento, se está en proceso de tramitar apoyos del FONDEN para quienes están en la declaratoria de desastre y por otro lado, de un seguro para quienes no están declarados en la zona de desastre.

En cuanto a la llegada de recursos, precisa: “Tenemos que verificar las áreas afectadas, los productores y los presidentes municipales, nos dicen que las superficies dañadas fueron mayores, pero cuando vamos al campo, casualmente salen superficies menores”.

La regla lo establece así: los daños los tienen que verificar la autoridad federal, estatal y municipal, para que no haya malas interpretaciones o bien inequidades en la atención. Antes de un mes, estaremos pagando y resarcir en parte los daños que han tenido”.

Cabe citar que en Puebla del millón de hectáreas que existen 900 mil de ellas son para cultivos anuales y las restantes 100 mil son “trenes” frutales, es decir, cosas que no se tienen que sembrar cada año.