Para Paolo Giubellino, responsable del Experimento ALICE del Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés) en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), la curiosidad es la base del avance en el conocimiento.
Durante el segundo ciclo de la Cátedra Dieter Nöhlen realizada por el Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratégico (ICGDE) de la BUAP, recordó que la evolución de la ciencia a lo largo de la historia.
Mencionó que dicho camino ha llevado a crear instrumentos para estudiar las estructuras más pequeñas de la naturaleza y en ese contexto, se creó el CERN, un laboratorio de colaboración internacional que evita la fuga de cerebros.
Agregó que el LHC –creado en dicho laboratorio– “es el acelerador de partículas más grande y energético del mundo. Usa un túnel de 27 km de circunferencia, mismo que se encuentra 100 metros bajo tierra y es el mejor microscopio para estudiar la materia”.
Subrayó que el experimento ALICE del colisionador reúne a mil 500 científicos de 35 diferentes países, incluido México, donde hay una representación de la BUAP.
Finalmente, mencionó que el CERN también estuvo involucrado en la invención del “lenguaje hipertexto que hizo posible la www (World, Wide, WEB), para compartir de manera fácil archivos de datos; así como las pantallas táctiles”.