Dentro de las fantasías “sexo-eróticas”, se encuentra el denominado “trío”, práctica común que actualmente se facilita por la presencia de los medios electrónicos e incluso, por la presencia de sitios para este tipo de encuentros.
José Luis Gutiérrez Serrano, sexólogo clínico educador, precisa que los interesados en este tipo de encuentros son parejas consolidadas que están de acuerdo y que se van a permitir interactuar en otras personas.
Se identifican, saben lo que quieren, saben sus limitaciones y sus proyecciones, así hasta dónde más quiere experimentar, es decir, factores que dan a entender que no se van a desvincular”, comenta a Poblanerías en Línea.
Abunda que son tan abiertos en la relación de pareja, que se permiten ese diálogo para “experimentar otras cosas” sin que se pierda la confianza y el amor.
Celos y competencia
Opina que para conformar el trío, inicialmente debe haber una pareja donde no haya presencia de celos, ni ideas como: “yo tengo que competir con la otra persona”, (sea hombre o mujer).
Ejemplifica conductas erróneas de este tipo de relaciones.
Si yo como mujer interpreto que tengo senos pequeños y la otra senos grandes, no lo puedo dar a él lo que ella porque está más ‘bustona’ o bien, unas nalgas prominentes de las cuales carezco”.
En el caso del varón, no puede pensar: “yo no tengo un pene muy grueso o largo y puede que por ello opte al final irse con aquél”.
La llegada del “tercero”
¿Cómo encuentra una pareja a ese “tercero”?
”Hoy en día, este hecho lo facilitan los medios de comunicación, llámese internet o cualquier otro, donde se dice: “soy fulanito de tal, tengo pareja y queremos establecer un trío”.
Además, existen sitios específicos de encuentros de “tríos”: bares, restaurantes y/o cafés e incluso, gente que se dedica a ello y que son denominados “enlaces”, que fácilmente pueden localizarse en el internet y que “llevan una comisión”.
Aunque también se llegan a contactar “por sí solos”.
¿Cómo se identifican?
“Existen bares en la ciudad donde van en exprofeso, ya sea en parejas o como individuo y se contactan. Estos sitios son conocidos en Puebla, así como hay antros “gay”, hay para “tríos”, donde sólo interactúan en forma verbal”.
Intercambio de miradas, ponerse de acuerdo en un ambiente de charla y de “tomar la copa”, es el escenario en dónde se cierran este tipo de relaciones.
Este tipo de prácticas son comunes, dado que para ello no es necesario ir por la calle portando un anuncio diciendo “quiero un trío”, “soy heterosexual”, “soy gay”, “busco intercambio de pareja”, o “soy bisexual”, hechos que la sociedad no lo permite”.
¿Cómo asume la pareja la llegada de un “tercero”?
“Para quiénes nos dedicamos a la sexualidad, no existe lo bueno ni lo malo, sólo son clichés o estereotipos, puesto que lo que para uno es bueno, para otro puede ser lo opuesto”.
Lo importante, resume, es lo que esté acorde o en equilibrio de cada pareja en la sexualidad.
No es como en las películas porno
Igualmente, considera que los “tríos” se pueden calificar también como juegos sexuales; aunque aclara que el “trío” no significa, por ejemplo, que dos hombres penetren a una mujer al mismo tiempo, puesto que ese hecho sólo es lo que nos dejan ver películas pornográficas.
La mujer interactúa con el hombre y a lo mejor la pareja (él) sólo ve y eso es lo que le incrementa su erotismo, tal vez interactúe posterior, o incluso, en otro momento o en otro lugar, pero en ese momento fue trío”.
El mismo caso se da en las mujeres, que sólo le guste ver como interactúa su pareja con un “tercero”.
En ese contexto, refiere que “existen moteles o bien lo acondicionan en su casa donde ponen espejos, porque no se visualizan a veces en este encuentro erótico, es como salirse de…y ver qué hace la pareja”.
"Cuando la mujer o el hombre llegan al orgasmo o bien es al unísono, cierran los ojos, es decir, no aprecian a su pareja, es decir, buscan forman de visualizar su erotismo, incluso en el quehacer de su pareja con otra persona”.
El hombre lo pide
El sexólogo concluye que es más común que el hombre solicite a su pareja este tipo de encuentros, en una proporción de 10 varones por cada mujer.
La mujer no suele pedir este tipo de práctica, sí lo concede ante la presión del hombre; generalmente, ella busca ser infiel, pero generalmente no requiere de “un tercero” para satisfacer sus fantasías sexuales”.
Y abunda, tendría que ser un tipo de mujer con un impulso erótico “exageradamente alto”, que anteriormente se calificaba como “ninfómana” y que hoy es definido como “deseo sexual hiperactivo”.