Estado, Municipio y Universidad: los tres espacios políticos por excelencia en Puebla ofrecen circunstancias particulares en este 2014. Estas habrán de darle un matiz particular al nuevo año poblano.
El retorno a las actividades cotidianas, para periodistas, analistas y observadores, es atractivo y único. En Puebla habrá sacudidas.
En el gobierno estatal:
El ejercicio y práctica de la política habrá de modificarse y ofrecer matices distintos y diferentes a lo sucedido los últimos tres años. El ejercicio del poder desde el gobierno estatal marca la pauta, los tiempos y los ritmos.
Rafael Moreno Valle Rosas inicia la segunda mitad de su mandato. Está claro: La curva del ejercicio del poder inicia el descenso. Sin aspavientos. La inteligencia debe percibirlo y elaborar estrategias diferentes a las usadas en la primera mitad del sexenio. Y Rafael puede carecer de algunos atributos, pero no de inteligencia. Es estratega.
No solamente han cambiado las condiciones internas. El pasado reciente obligó a una relación con el poder central. Aprobadas las reformas que han “legitimado” a Enrique Peña Nieto con el mundo y no con su país, la relación con las regiones exige modificación.
Fortalecer las relaciones con las estructuras del poder locales, ampliar la base de operación y gestión, innovar los acuerdos, trazar caminos para mejores conclusiones pueden abonar a un cierre elegante y sin problemas.
Las condiciones locales y nacionales han cambiado para el Gobernador de Puebla y habrá que aplicar nuevas estrategias.
En Puebla capital:
Antonio Gali llega al poder municipal. Su nueva etapa es diferente y poco se sabe de su propuesta y ejercicio real del poder. Lo conocemos como amigo del Gobernador, funcionario, candidato y presidente municipal electo.
Falta saber qué trae entre manos como presidente municipal.
Lo menos que trae, una vez que rinda protesta, es que intentará ser el siguiente gobernador. Es la cultura política mexicana y no hay de otra, una vez que el político logra un puesto de elección lo traslada a su tercera o cuarta prioridad y surge, desde el primer minuto, su nuevo proyecto.
Y a matizar la nueva relación con su jefe, y a construir las nuevas alianzas, y a preparar el nuevo terreno, y… el 2018 ya está en la mira. Sin duda.
Ese será a partir de febrero el nuevo proyecto de Tony Gali. Si no es que desde ya.
En la BUAP:
Alfonso Esparza Ortiz ha conducido a la BUAP 291 días hasta esta fecha. Aún con elección de por medio, no hay duda, ha sido un gobierno de transición, en el ánimo de garantizar la estabilidad universitaria y cubrir las cuotas de su llegada a la rectoría.
De acuerdo a lo esperado, su proyecto debe arrancar a partir de la segunda mitad del mes de febrero, una vez pasado el acontecimiento político de la asunción al poder de Tony Gali para no robarle reflectores, y alrededor del día 338 de su llegada al poder universitario.
Su proyecto modificará la vida interna, la estructura y la cotidianidad de la Máxima Casa de Estudios de Puebla. El nuevo rostro será en lo administrativo y en lo político. Los movimientos serán sustantivos. Inicia la nueva era. Termina el destete.
Si los augurios no fallan, los acuerdos, pactos, cuotas, herencias, habrán de tener su finiquito o modificación alrededor del día 140 de gobierno universitario del actual rector.
Las tres sacudidas en las tres organizaciones políticas más representativas de Puebla darán mucho de qué hablar.
A esperar.
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