canasta06El poder adquisitivo de las familias mexicanas ha ido en descenso con el paso de los años y las estimaciones financieras refieren que actualmente, sus niveles son los más bajos en los últimos 27 años.

Sin embargo, este problema se constituye en un tema social, cuando se considera que la llegada de nuevos impuestos impacta en la posibilidad de comprar artículos de la canasta básica.

Marcos Gutiérrez Barrón, profesor investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), hace un comparativo de los incrementos de los productos de la canasta básica con la percepción económica de las familias, concretamente con base en el salario mínimo.

Considera que este aspecto es muy sensible para las familias y recuerda que el aumento de salario mínimo en Puebla fue del 3.9 por ciento (2.46 pesos), es decir, ahora es de 63.77 pesos.

Sin embargo, menciona que de acuerdo al Centro de Investigaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el salario mínimo tuvo una pérdida del poder adquisitivo de 9.43 por ciento.

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Lo anterior implica que pese a ser de 63.77 pesos, tiene un rendimiento de 58.65 pesos por la pérdida del poder adquisitivo.

6.7 millones de mexicanos ganan el mínimo

El especialista destaca que en 1987, un trabajador con 5 horas laboradas, tenía un ingreso suficiente para adquirir los alimentos de la canasta básica denominada “recomendable”, cuyo costo era de 193.52 pesos diarios y alcanzaba para cinco miembros de una familia.

Mientras tanto, en 2014 se tienen que trabajar 25 horas para tener ese poder adquisitivo, ya no para los 5 integrantes de la familia, sino solamente para comprar esos alimentos.

Lo que hoy día gana un trabajador apenas alcanza para poder comer”.

De hecho, apunta que de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 15 por ciento de la población económicamente activa en el país (6.7 millones de mexicanos) reciben o ganan un salario mínimo general; lo que –dice– demuestra la agudeza del conflicto económico que se vive hoy día.

Alzas permanentes

En este sentido, se advierte que tan sólo en el último año y luego que los precios de la cebolla y el jitomate reportaron alzas, fue necesario aumentar el presupuesto en 12.3 por ciento, para adquirir cuatro productos básicos.

De acuerdo con los registros del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM) de la Secretaría de Economía (SE), en enero del 2013, el costo global de un kilo de cebolla, uno de jitomate, uno de frijol negro y de una botella de aceite de un litro era de 48.40 pesos en la Central de Abastos de Puebla.

Sin embargo, adquirir los mismos productos en los primeros días de año en curso representa un desembolso de 54.40 pesos, es decir, seis pesos más.

Puebla por debajo de la media nacional

Cabe citar en los primeros quince días de enero de este año, los precios de productos y servicios al consumidor también repuntaron en la ciudad de Puebla.

La cifra incrementó en 0.30 por ciento, cifra por debajo del promedio  nacional que se encuentra en 0.68 por ciento.

Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) exponen que la capital poblana –en la primera quincena del año– se ubicó como la sexta ciudad de 46  monitoreadas con menor alza en sus precios.

Puebla sólo es superada por Iguala, Guerrero que registró 0.24 por ciento;  Morelia, Michoacán con 0.19 por ciento;  Cuernavaca, Morelos con -0.02 por ciento, Tehuantepec, Oaxaca con -0.04 por ciento y Tlaxcala, Tlaxcala con -0.11 por ciento.

Las ciudades con variaciones en sus precios por arriba del promedio nacional fueron: Ciudad Acuña, Coahuila con 2.34 por ciento;  Chetumal, Quintana Roo con 2.16;  Tijuana, Baja California con 2.12; Mexicali, Baja California con 1.66 por ciento y Tapachula, Chiapas con 1.62 por ciento.

De hecho, en términos anualizados, la capital del estado reportó una inflación de 3.79 por ciento, inferior a la tasa nacional que se ubicó en 4.63 por ciento.

Los productos y servicios que registraron un  mayor incremento en sus precios fueron: cebolla, con 17.69 por ciento; refrescos envasados, con 11.40 por ciento; pan dulce, con 4.76 por ciento; cigarrillos, con 3.65 por ciento; pollo, con 2.97 por ciento; gas doméstico LP, con 1.86 por ciento y electricidad, con 1.73 por ciento.