El último balance de daños provocados por el alud que se deslavó en el estado de Washington el pasado fin de semana, indica que se han contado 29 muertos y 90 desaparecidos.
Los equipos de rescate siguen buscando posibles sobrevivientes, aunque cinco días después del desprendimiento es muy poco probable que la protección civil vaya a encontrar a alguien con vida bajo las toneladas de lodo.