El zig-zag en medio de las defensas adversarias, el “sombrerito” por encima de los zagueros, los cortes precisos con ambas piernas y la martilleante pegada de cabeza, fueron algunas de las portentosas muestras en el repertorio del más grande jugador que jamás existió.

Fue un futbolista polivalente, un “crack” en cualquier posición del campo y en toda la extensión de la palabra, incluido el cuidado del arco y por encima de todo, debido al significado que tiene Edson Arantes do Nascimento “Pelé”, en la historia del futbol brasileño.

Además de ponerse al servicio de Brasil en la selección nacional, sólo fue militante de dos clubes, el Santos de Sao Paulo y el Cosmos de Nueva York y destaca, sin que hasta ahora haya alguien que lo supere, por haber sido el debutante más joven en Campeonatos del Mundo.

Tenía 17 años y ocho meses, cuando, el 15 de junio de 1958, saltó a la cancha por primera vez en un evento de la máxima categoría, en el juego en que Brasil derrotó a la Unión Soviética en el estadio Nya Ullevi de Gotemburgo, Suecia, con un doblete de Edvaldo Izidio Neto “Vavá”.

Suplente en los juegos contra Austria e Inglaterra, tuvo una grata y afortunada aparición como titular en el tercer encuentro, al repetir en la alineación de la “Canarinha” el 19 de junio, respondiendo cabalmente al llamado del entrenador Vicente Feola contra el País de Gales, al que hizo el único gol del partido a los 66 minutos.

La pelota llegó por la derecha a pase de Waldir Pereira “Didí”, la bajó con el pecho hasta el pie, disparó y consiguió así su primera anotación en Copa del Mundo y, como lo dijo una y mil veces, ha sido la más importante de su carrera de doce años en la selección nacional, memorable, el gol de la confianza y la afirmación


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Luego de ese primer logro triunfal, el 24 de junio jugó contra la selección de Francia –con todo y sus artilleros Just Fontaine y Raymond Kopa-, y Brasil la derrotó 5-2, marcando un “hat trick” a los 52, 64 y 75 minutos: los restantes tantos fueron convertidos por “Vavá” y “Didí”.

En su cuarta participación –la final contra Suecia, anfitrión del evento, el 29 de junio en el estadio Rasunda de Estocolmo- “Pelé” hizo dos goles más, sumándose a un par de “Vavá” y uno de Zagallo: el marcador acabó 5-2 a favor de Brasil, convertido en monarca mundial por primera vez en su historia.

No obstante que, por sus actuaciones magistrales a lo largo de seis encuentros, el Campeonato Mundial de 1962 en Chile fue de Manoel Francisco dos Santos “Garrincha” -luego de que Mario Lobo Zagallo hiciera el primero a los 56 minutos del juego contra México-, Edson Arantes do Nascimento marcó su séptimo gol mundialista a Antonio “Tota” Carvajal a los 72, para un definitivo 2-0.

La participación de Brasil en el V Campeonato Mundial de Futbol de 1966 en Inglaterra fue desafortunada, y es que “Pelé” fue lesionado harteramente por los defensas de Portugal en el tercer partido de cuartos de final.

Torres y Coluna lo dejaron fuera del torneo el 19 de julio, luego de que, una semana antes, en el juego de presentación de la “amarelinha”, él alcanzó a hacer un gol a Bulgaria a los 15 minutos del primer tiempo, seguido por otro de “Garrincha” a los 63.

Con el recuerdo de las agresiones recibidas en 1966 por los portugueses en el estadio Goodison Park de Liverpool, “Pelé”, con 29 años de edad, reapareció en México el domingo 3 de junio de 1970.

Marcó a los 59 minutos uno de los tres goles con los que Brasil derrotó a Checoslovaquia en el estadio “Jalisco” de Guadalajara, para dar paso a la que, sin duda, es considerada su mejor actuación en Copas del Mundo.

En ese juego inicial contra los checos, el 3 de junio y ante 53 mil espectadores, “Pelé” percibió adelantado al portero Víktor y lanzó un morterazo desde 55 metros de distancia, directo de medio campo; pero el balón pegó en el poste derecho sin entrar al arco.

“Pelé” tardó en poner fin a su carrera –que llegaría en 1977 en el Cosmos de Nueva York-; pero aún así, el domingo 21 de junio, ante 115 mil aficionados que llenaron el estadio “Azteca” de la capital mexicana, se dio el lujo de anotar su último tanto en Copas del Mundo mediante un remate de cabeza que dejó sin oportunidad a Enrico Albertosi, el más extraordinario arquero que ha tenido Italia.

Lo hizo a los 17 minutos de iniciada la final de finales mundialistas, después de que la “verde amarela” arrasara con 18 tantos marcados a los checos, ingleses, rumanos, peruanos, uruguayos e italianos, anotados por “Jairzinho” (7), “Pelé” (4), Rivelino (2), “Tostao”(2) y Clodoaldo, Gerson y Carlos Alberto Torres, uno cada quién, sin conocer empates ni derrotas.

“Pelé” –nacido el 23 de octubre de 1940 en Tres Coraçoes, Minas Gerais, hijo de doña Celeste Arantes y Joao Ramos do Nascimento, conocido en su juventud como “Dondinho”, ex delantero del Atlético Mineiro de Belo Horizonte-, también es incomparable porque, como ninguna otra figura de sus dimensiones, consiguió traducir toda su genialidad en números y marcas que, como todo lo indica, permanecerán imbatibles para siempre.

Baste decir que, entre el 15 de junio de 1958 y el 21 de junio de 1970, “Pelé” hizo 95 goles con la selección brasileña, seguido de otro irrepetible, Artur Coimbra Antunes “Zico”, artillero del Flamengo de Río de Janeiro, quien marcó 67 a favor de la “verde amarela”, participante, como Edson Arantes, en tres Copas del Mundo, este en 1978, 1982 y 1986.

El resto de la biografía de “O Rei”, la “Perla Negra” de Brasil, sería motivo de otra historia, pues quienes gustamos del futbol y tuvimos la suerte de verlo en la cancha, podemos considerarnos seres humanos privilegiados porque, como en todas las artes –y este deporte lo es- genios así vienen al mundo muy de vez en cuando.