De acuerdo a las declaraciones y estadísticas del Instituto de Migración de Baja California, solamente en las ciudades de Mexicali y Tijuana se recibieron alrededor de 100 mil personas en el año 2012, como consecuencia de las deportaciones de la administración del actual presidente de EU, Barack Obama.
La ciudad de Tijuana recibió la escandalosa cantidad de 47 mil 850 personas deportadas, mientras que la ciudad de Mexicali recibió una cantidad similar de 46 mil 180; en su mayoría, del estado de Michoacán según las estadísticas. Todo esto producto del llamado programa de comunidades seguras, programa que ha alcanzado cifras de deportación históricas en la administración actual.
El 65% de estas personas deportadas solo cuentan con un delito menor, meramente administrativo, ya que sus violaciones en territorio americano han sido solamente por infracciones de tráfico.
Mientras que el resto, que corresponde al 35%, si cometieron violaciones que ameritaron cárcel, tales como robo a mano armada, violencia domestica, o venta de estupefacientes.
Sin embargo al cometer estos delitos en territorio estadounidense, al llegar a territorio azteca, el gobierno tiene la obligación que darles el mismo trato como a cualquier ciudadano mexicano, no como criminales, ya que sus delitos fueron purgados, cumpliendo con las sentencias y tiempo al que fueron condenados.
Los gobiernos de Baja California alegan que por todas estas deportaciones, los delitos en la franja fronteriza han aumentado, ya que al no existir programas de apoyo, ni de trabajo, para estas comunidades migrantes, son presa fácil del crimen organizado, volviendo a caer en la delincuencia.
Y aunque existen programas de repatriación vía carretera o aérea, en algunos casos para trasladarlos a sus comunidades de origen, son pocos los que usan de estos apoyos, quedándose a vivir en los canales de la zona del rio, alcanzando una cifra de hasta 41 mil personas.
Comentan las autoridades migratorias, que esta cifra de deportados se ha reducido por mitad en el año 2013, ya que la falta de empleo en el país vecino y la constante vigilancia del border Patrol ha desalentado a muchos connacionales ,renunciando al llamado sueño americano.
Es interesante saber cómo personas originarias de Michoacán, son las que alcanzan un alto porcentaje en estas deportaciones, tal vez queriéndose integrar al movimiento de auto defensa civil de su estado, defendiendo sus pertenencias y propiedades las cuales han sido arrebatadas por el grupo criminal de los templarios.
Esperamos que los gobiernos mexicanos tomen realmente cartas en el asunto, ya que este movimiento se está expandiendo por varios estados de la republica, enviando señales de alerta, señales preocupantes que pueden ser el inicio… ¡de un levantamiento!