El sureste del Reino Unido y Londres por segundo día hacen frente a un nivel “muy elevado” de gases tóxicos. Una nube de partículas contaminantes y de arena del Sáhara cubre la capital y ha obligado a muchos británicos a modificar sus hábitos.

La contaminación también ha sido visible en el norte de Alemania. La mala calidad del aire llevó el mes pasado a las autoridades francesas a imponer la circulación alterna en París durante unos días.