Ni en las mejores guerras de lodo, azufre, estiércol y lo que se acumule, se pudo apreciar mejor la lucha interna por el control del poder, en uno de los partidos, cuyo conservadurismo lo mantuvo por décadas, como la oposición que por excelencia arremetía contra todas las triquiñuelas y chanchuyos de su más cercano rival: El Partido Revolucionario Institucional.
Más allá del vencedor, “la nueva era” para el panismo y todo lo que aún está por venir, lo que presenciamos ayer como expectadores en la elección interna del PAN, es sin duda, un referente de los tiempos, el retroceso y la copia al carbon de los viejos tiempos de elecciones priístas, donde había que echar mano de todo.
Espionaje, chantajes, detenciones, sobornos, falsos comunicados, robos de urnas, desaparición de papelería para la votación, intimidación a personajes claves, madruguetes, acarreo y todo lo que se pudo acumular, en una elección interna que sin duda llamó la atención de los mexicanos.
Los escenarios venideros se antojan propios de las escenas en una película de Felini, donde lo abstracto seguramente llevará a la inminente realidad que están por vivir los militantes del Partido Acción Nacional.
Como en los mejores cuentos de ficción política, en la operación y “tejido fino” de esta elección, vimos de todo, incluso perredistas y priístas operando a favor de uno de los candidatos del albiazul.
En estas contiendas de lodo, todo es posible, los alquimistas de ambos bandos hcieron de todo para vencer a su respectivo adversario.
El trillado mensaje de unidad que seguramente escucharemos en los próximos días por parte de las huestes triunfalistas, no garantizan una operación cicatriz a prueba de enconos y maleficios de última hora.
Nos queda claro, que hoy en el PAN se practican las mejores tácticas del tricolor; las mismas que sirvieron para construir esos memorables discursos de los “llamados santones del albiazul”, y que hoy, confirmaron que a la vieja usanza se gana con carro completo y compra de votos.
Política……sin ficción.