El Instituto Nacional de Migración (INM) presenta una marcada ausencia del servicio profesional de carrera que deriva incluso que las solicitud de ingreso, sean los mismos para un agente que para una persona con perfil de chofer.
Así lo sentencia Sonja Wolf, directora de Migración y Derechos Humanos del Instituto para la Seguridad y la Democracia (INSYDE), quien advierte que los perfiles de los funcionarios que contrata el INM no son los correctos.
La experta advierte que el propio INM tampoco cuenta con criterios claros en sus convocatorias; lo que genera que se recluten a familiares y amigos.
Al hacer un diagnóstico denominado “Hacia un Sistema de Rendición de Cuentas en Pro de los Derechos de las Personas Migrantes en México”, realizado por el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría (IDHIE) de la Universidad Iberoamericana Puebla, asienta:
El personal que contratan, nada tiene que ver con los temas de migración y de derechos humanos, incluso, se advierte que uno de los puestos es ocupados por un médico veterinario”.
Ni la mitad se capacita
Al mismo tiempo, Sonya Wolf resalta que el Instituto Nacional de Migración tiene 6 mil plazas otorgadas; de las cuales, únicamente 2 mil 500 han accedido a programas de capacitación, es decir, no se llega a la mitad.
Lamenta que no se cuente con una definición de puestos ni con los filtros necesarios, para llevar a cabo una buena selección de personal que pueda empeñarse como agente migratorio.
Finalmente, apuntó que se debe tomar en cuenta que el INM no cuenta con protocolos para el uso de la fuerza, y su único argumento se fundamenta en que los agentes no portan armas.