El mural “Los bebedores”, en el cual están representados 164 personajes que participan en una celebración donde el pulque corre a manos llenas y que desde su descubrimiento en 1969 había permanecido oculto, ya puede ser admirado por el público.

El mural -de 60 metros de longitud y 2.50 de altura- se ubica, hasta la primera semana de julio, en el nivel inferior de la Plaza de los Altares de la Zona Arqueológica de Cholula, en Puebla, y fue creado hace mil 800 años, informó en un comunicado el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

De acuerdo con Enrique Lozoya, integrante del equipo de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) del INAH, antiguamente el mural era la fachada de uno de los edificios de la ciudad.

Las escenas fueron cubiertas siglo y medio después con una nueva etapa constructiva que se decoró con formas más geométricas, como es el caso del mural “Barras y estrellas”, que también puede apreciarse en el sitio arqueológico.

Valerie Magar, titular de la CNCPC, señaló que las visitas se podrán realizar hasta julio, porque es el tiempo que ocuparán los restauradores para trabajar en el sitio, de modo que el público tiene la oportunidad de conocer la interpretación que de los murales se ha dado en años recientes.

Sobre las labores de restauración, mencionó que la preservación de los murales debe entenderse de manera integral, ya que éstos fueron creados sobre aplanados de tierra que son sensibles a variaciones de humedad y temperatura, por lo que es necesario buscar alternativas para el adecuado desalojo del agua.


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Ante dichas circunstancias, el INAH planteará un proyecto multidisciplinario que abarque arqueología, arquitectura y conservación, a fin de estudiar los problemas causados por las filtraciones de agua, como la proliferación de microorganismos y la migración de sales hacia la superficie.

Por su parte, la restauradora perito Dulce María Grimaldi, responsable de los trabajos, recordó que desde 2009 se ha estudiado el problema de humedad en la última sección de “Los bebedores” y esa es la razón por la que algunas de las imágenes estén ocultas por papetas.

Igualmente, se ha analizado cómo funciona la captación de agua tanto en el edificio como en sus partes colindantes, para canalizarla y evitar afectaciones en la superficie pictórica durante la temporada de lluvias.

Agregó que a pesar de que no existen las condiciones para efectuar una visita abierta a los murales, es importante que éstos se conozcan para que sean valorados.

La oportunidad de visitar los murales durante el proyecto de restauración es producto de una iniciativa promovida por el INAH, organismo que desde hace una década ha buscado la conservación integral de esta obra prehispánica.