En la ciudad de Puebla, la gente camina una tras de otra. Va al trabajo, la casa o la escuela. Hace las compras. Sube al transporte público o maneja su automóvil por zonas cada vez más aglomeradas.
Pero ver más personas en uno u otro espacio, no es privativo de la capital. Datos del Consejo Estatal de Población (Coespo) señalan que en un lapso de 20 años, la cantidad de gente en el territorio poblano creció casi 40 por ciento.
Dicha proporción, por sí misma, llamaría la atención; pero ¿qué pasa si se toma conciencia de que ésta se traduce en 1.6 millones de personas que nacieron o bien, cambiaron su lugar de residencia entre 1990 y 2010?
Entonces, se puede entender por qué para este momento, el número de individuos avecindados en Puebla supera los cinco millones 779 mil 829 censados en 2010 por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).
Un fenómeno de crecimiento constante
En la información consultada por Poblanerías en línea, resalta que el crecimiento ha sido constante desde 1970, cuando el territorio estatal era hogar de apenas 2.5 millones de habitantes.
Es posible detectar que la tendencia de aumento fue –en promedio– un millón de poblanos por cada década durante 40 años y que la misma sólo se frenó en el último periodo contabilizado (2000 a 2010).
Un estado de adolescentes y adultos
Actualmente, la estadística refleja que la entidad es un lugar de adolescentes y adultos, con una predominancia de mujeres, género que equivale a 52 por ciento de la población (tres millones nueve mil 974 personas, a decir de INEGI).
Mientras tanto, el Registro de Población por Municipios por Grandes Grupos de Edad señala que 61.60 por ciento de la gente tiene entre 15 y 64 años de edad.
Los niños de cero a 14 años ocupan una tercera parte de la proporción y los ancianos (hombres y mujeres con más de 65 años), por su parte, sólo representan seis por ciento del total.
Esto implica que buena parte de la población está en edad productiva y además, en edad reproductiva; lo que se ve reflejado en una tasa de natalidad de 19.4 bebés por cada mil habitantes.
Sin embargo, para 2017, el Consejo Estatal de Población prevé que este último indicador caiga a sólo 17.7 niños, aun cuando el nivel de fecundidad de las parejas poblanas se mantenga en un promedio de dos hijos por familia, como sucede actualmente.
Junto con lo anterior, es necesario recordar que la Proyección de Esperanza de Vida refiere que los poblanos, actualmente, viven 78 años en promedio; pero las condiciones propiciarán que la edad aumente a 79 años, especialmente, entre las mujeres.
El envejecimiento de Puebla
Las condiciones mencionadas ya han sido analizadas desde el Consejo Nacional de Población (Conapo), donde se prevé un crecimiento de la población anciana en todo el país.
Para el caso de Puebla, el estudio “Dinámica Demográfica 1990-2010 y Proyecciones de Población 2010-2030” refiere que para 2020, Puebla tendrá seis millones 481 mil 536 habitantes, que se concentrarán especialmente en “población en edades adultas y avanzadas”.
Este comportamiento estará asociado a que el descenso de nacimientos será lento, pasará de 129 mil 402 en 2010 a 124 mil 700 en 2020 y a 117 mil 244 en 2030”, refiere el documento.
Por su parte, instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), han resaltado las consecuencias que traerá este cambio en la relación poblacional.
Tan sólo Jorge Alan Ruiz Guerrero, alumno de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM, señala las presiones para el sistema de salud.
En su ensayo “La transición demográfica y el envejecimiento poblacional: futuros retos para la política de salud en México”, publicado en 2011, indica:
En décadas futuras el sistema de salud en México enfrentará una mayor demanda de servicios médicos, ya que la población en edades avanzadas -en constante crecimiento presenta mayores necesidades médicas, puesto que el envejecimiento se asocia a una paulatina pérdida de la salud.
“Los adultos de más de 65 años de edad han triplicado el índice de utilización de servicios hospitalarios en los últimos 20 años, lo que implica que el gasto en salud aumente considerablemente. Por ejemplo, la consulta externa de medicina familiar aumentó cinco veces en los últimos cinco años”.
Sin embargo, la autoridad federal también ha identificado presiones al sistema educativo y a la posibilidad de mantener las fuentes de trabajo; ya que a decir de Conapo, el índice de personas en edad productiva seguirá en aumento hacia 2030.