La Pirámide del Sol, la mayor edificación en Teotihuacan y una de las más grandes de Mesoamérica, está en óptimas condiciones y “no estamos del todo seguros que exista un factor de resequedad en su costado sur que pudiera provocar que el monumento colapsara”, aseguró el arqueólogo Alejandro Sarabia.

EN ÓPTIMAS CONDICIONESEn entrevista con Notimex, el director de la Zona Arqueológica de Teotihuacan habló sobre la conservación en el sitio, su importancia como sitio histórico, la afluencia anual, así como la gente que labora en la llamada Ciudad de los Dioses.

Sarabia rechazó que las recientes investigaciones realizadas por expertos del Instituto de Física (IF) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y encabezada por el doctor Arturo Menchaca, prueben un supuesto riesgo en este sitio catalogado como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

La afirmación del doctor Arturo Menchaca se basó en los resultados de un detector que ellos tienen; lo que detectó su equipo es una resequedad en algún sector de la fachada, pero no se está hundiendo”, sostuvo el responsable de la zona.

No obstante, insistió en que “no hay ese factor de deterioro”, aunque sí hay problemas de conservación en la Pirámide del Sol y de todo tipo: fracturas, desgaste, roedores, humedad.

Actualmente, dijo, “estamos sustituyendo en algunos puntos las puntas de cemento que se colocaron hace 20 años por otras más compatibles que son de cal y arcilla y que permiten respirar al piso”, dijo Sarabia.

Subrayó que lo que detectó Menchaca no es problemático y adelantó que para corroborar las investigaciones de los expertos de la UNAM, “hay que hacer una serie de estudios internos del edificio sobre las condiciones en que se encuentra y luego establecer cuáles son las condiciones de humedad idóneas para que la construcción siga intacta”.

No estamos convencidos; primero no está seguro que no sea de esa forma; nosotros trabajamos la Pirámide del Sol con motivo de conservación, pero hace varios años.

El edificio está hecho de arcilla, tierra compactada, adobe y forrada con una capa de piedras y nos preocupa porque a veces la piedra se deteriora, se pierde, es un mantenimiento permanente”.

En su opinión, son necesarios otros estudios, a fin de conocer “si existe esa resequedad y, en segundo lugar, si esa resequedad es un problema para su conservación, pues eso no lo sabemos”.

El doctor Menchaca tiene ya varios estudios al interior de la Pirámide del Sol, y sus afirmaciones no son concluyentes y él mismo lo ha dicho, así que esperaremos a que termine sus estudios.

No desconfiamos de él, yo no soy físico, ni ingeniero civil pero esperaríamos en tal caso que termine sus investigaciones”, refirió.

Por otra parte, señaló que esta ciudad Mesoamericana, situada a 45 kilómetros del centro de la Ciudad de México, cumple este año cinco décadas de su apertura al público y adelantó que en septiembre próximo será develada una placa conmemorativa.

En este lugar, que anualmente recibe más de dos millones de visitas, su operación básica está enfocada a la visita pública, a decir del arqueólogo.

De acuerdo con Sarabia, en 50 años de apertura Teotihuacan ha registrado varios hallazgos, además de que las investigaciones arqueológicas son continuas, “pueden ser de bajo impacto de área, pero de mucho en soluciones, sobre todo en resultados”.

Confesó que los más de dos millones de visitas al año sobre todo a las Pirámides del Sol y la Luna, provocan que exista un deterioro en los monumentos, sin embargo, aclaró que esta situación se resuelve con restauraciones.

En cuanto al proyecto “Tlalocan, camino debajo de la tierra”, que dirige el arqueólogo Sergio Gómez Chávez y que se basa en un robot móvil llamado “Tlaloque”, que busca en interior de un túnel, justo bajo el Templo de la Serpiente Emplumada, las posibles tumbas de los antiguos gobernantes de esta ciudad, comentó que inició su quinta etapa y continuará hasta noviembre próximo.