Nota del Editor: El siguiente artículo fue escrito por la chef María de Lourdes Landero Moreno, licenciada en gastronomía y estudiante de la Maestría en Administración de Instituciones Educativas en IEU Online.
Además, es Chef Instructor de la Licenciatura en Gastronomía de la Universidad IEU Campus Puebla.

comidaPadecer enfermedades cardiovasculares representa la acumulación de etapas evolutivas del colesterol, que pudieron evitarse a través del consumo responsable de alimentos.

Las estadísticas poco favorecedoras para la población mexicana compartidas constantemente por organismos como la Organización para las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial para la Salud (OMS), desde 2010 ubican los padecimientos cardiovasculares como la causa número uno de pérdidas humanas, es decir: uno de cada tres adultos tiene presión alta y la edad de padecer hipertensión es del 30.8 por ciento en personas a partir de los 20 años.

Los cambios radicales que experimentamos en nuestros hábitos alimenticios producto de nuestro variable ritmo de vida, generan que descuidemos la cantidad de nutrientes, específicamente carbohidratos y grasas, proporcional a nuestra actividad física y por lo tanto necesidades energéticas determinadas igualmente por nuestras limitadas horas de sueño.

Sacrificar nuestros horarios y el número de comidas diariamente (el ideal son cinco) así como centrar nuestra dieta en alimentos altos en azúcares refinadas, sales y grasas saturadas que nos ofrece el mercado rápido de comidas procesadas nos convierte en candidatos para saturar las paredes de nuestras arterias con colesterol.

¿Cómo podemos contrarrestar esta rutina cíclica? La respuesta la encontramos en variar nuestros alimentos y organizar nuestros tiempos de comida.

Variar nuestros alimentos consiste en una regla simple directa donde el disminuir ingredientes que deriven de animales (sobre todo carnes rojas) y aumentar la cantidad de productos vegetales, con toda su diversidad, genera el resultado de una presión adecuada bombeada por nuestro corazón.

Organizar nuestro tiempo para llevar a cabo la compra y procesamiento de ingredientes en platillos que garanticen la procedencia, inocuidad, diversidad así como el equilibrio de nutrientes en el producto final nos brinda la conciencia de qué es lo que queremos comer.

Incluir en nuestros platillos metabolizadores y antioxidantes de grasas como la cebolla, manzana, arándanos, cítricos, arroz integral, aguacate, kiwi, linaza, chia y pescados que requiere nuestro cuerpo para mantenernos sanos mejora la calidad de nuestras arterias así como el flujo sanguíneo en nuestro cuerpo.

¿Qué esperas para variar tu siguiente comida?